Porriño y Guardés caen en cuartos de final de la Copa
Balonmano
El paso de Porriño y Guardés por la fase final de la Copa ha sido efímero tras caer ambos ayer en cuartos ante Aula Valladolid (24-26) y Bera Bera (35-23), respectivamente
El Conservas Orbe Rubensa Porriño cayó ayer en cuartos de final de la Copa de la Reina ante el Aula Valladolid con justicia. El sorteo de la fase final, benévolo, se volvió en contra. Las jugadoras de Isma Martínez empezaron mal y, cuando reaccionaron, se toparon con un rival mejor en casi todo. Lo mejor para el Porriño tras los primeros 30 minutos de juego era que peor no lo podía hacer. Lo segundo mejor era el resultado, con sólo cuatro goles por detrás después de que no hubiese salido prácticamente nada de lo diseñado. Apenas un amago de resurrección jugando 7 para 6 con la portería vacía, una decisión táctica tan valiente como denotadora de que nada salía.
El duelo comenzó con un siete metros errado por Malena Valles. Toda una premonición. Porque el Aula fue mejor en todo a partir de ahí: en ataque, con circulaciones veloces que ahogaron el pretendido 6.0 profundo porriñés para terminar en seis metros -con variedad: extremos, pivotes (excepcional Marcela arriba y abajo), circulaciones…- o con el brazo de la cubana Lorena; y en defensa, con firmeza y dinamismo a partes iguales para apagar a la primera línea porriñesa -Buforn apenas anotó un gol y Casasola mantenía el fuerte-, provocar múltiples pérdidas, ningunear a las extremos y favorecer a su potería. En este contexto, ni las varias superioridades a favor sirvieron de nada.
Tras el descanso, el presagio fue positivo. Salió Palomino en portería y paró el primer lanzamiento con la lanzadora libre en seis metros. Fue el arranque para un 5-1 a favor de las porriñesas que devolvieron el duelo al 0-0 inicial pero con un 15-15. Había aparecido Buforn y la ola buena parecía la de las jugadoras de Isma Martínez, más con la segunda exclusión de Téllez en las pucelanas.
Aula no se vino abajo. Volvió a funcionar el 6.0 y en ataque la viguesa Elba Álvarez daba clases de serenidad y acierto. Con todo, Valles puso por delante al Porriño por primera vez con un 20-19. Iba a ser un final igualado y la conciencia la tenían más limpia las pucelanas, apoyadas en una gran Menchu en portería. Lo peleó el Porriño, sin duda, pero casi nunca pasó lo que quería que pasase. Una gran ocasión perdida.
El Guardés no dio más de sí
Cierto que la Copa de la Reina tiene esa vocación de paréntesis. Pero las sorpresas tienen como primera condición ser escasas. El Mecalia Atlético Guardés es un equipo herido en este final de temporada, con la herida aún abierta del cambio de entrenadora; el Bera Bera pelea por todo, y más si es en casa. La derrota de las guardesas era esperable y cayó por su propio peso. O, más bien, por la diferencia en kilos y en confianza de un equipo y otro.
Porque las donostiarras mostraron desde el primer minuto su 6.0, dinámico y con continuas salidas a la rival con balón, no iba a dar un respiro. Es bien sabido que el Guardés depende en ataque de sus bajitas, Cecilia Cacheda y Pauli Fernández, y que si matas ese corazón del juego a base de fortaleza, su visión ofensiva se nubla. Si además, de entrada, el rival acierta cada uno de sus ataques y ya suma cinco goles antes de llegar al minuto 5, está más que claro que la empresa era tan o más difícil de lo que se preveía.
Con el Bera Bera siempre por delante, contundente más que fino y con continuas manos sobre las atacantes guardesas -Sancha acabó uniéndose al grupo de perjudicadas-, apenas Pauli encontró el camino en alguna ocasión. Cacheda chocó contra el muro, sin encontrar consuelo en el dúo arbitral, sino más bien al contrario.
El marcador iba reflejando lo que sucedía: superioridad local y orgullo visitante. Al descanso, seis goles ya de renta (16-10). Y la segunda parte, tras un amago de reacción de salida (16-12), fue un ejercicio de impotencia. Eso sí, con las guardesas mostrando un espíritu de lucha que debe servirles en liga para remontar ante el Beti-Onak. El Bera Bera, al final, no se fue del todo contento porque sufrió dos lesionadas. Y la Copa acaba de empezar.
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