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Ponteareas se rindió ayer a Miguel Indurain, el gran protagonista de una Clásica Álvaro Pino en la que participaron más de medio millar de ciclistas y que reunió a cientos de aficionados tanto en su salida como a su paso por los once municipios de Pontevedra y Ourense que atravesó.
Cinco Tour de Francia de manera consecutiva, dos Giro de Italia, campeón del mundo, campeón olímpico... El impresionante palmarés de Miguel Indurain lo convierte en un auténtico referente para el deporte en España y el ciclismo en el mundo. Sin embargo, es su "calidad humana" lo que más sorprendió en las últimas horas a todos aquellos que tuvieron la ocasión de cruzar unas palabras con el navarro, que accedió a firmar autógrafos por doquier y a fotografiarse con todo aquel que así se lo solicitó.
Indurain era el homenajeado y el gran protagonista de una prueba que congregó a numerosos aficionados, en buena parte por la presencia del navarro, y en la que participaron unos 550 ciclistas.
A las 10:30 horas se tomó la salida desde el centro de Ponteareas, junto al Concello. Parte del pelotón realizó el recorrido corto, de 103 kilómetros, y otra parte optó por el largo, de 136 kilómetros y más dureza. En total, la Clásica Álvaro Pino pasó por once municipios. Además de Ponteareas, localidad natal del ganador de la Vuelta a España de 1986, Mondariz-Balenario, Mondariz, Pazos de Borbén, Fornelos de Montes, Pontecaldelas, A Lama, Covelo, A Cañiza y los municipios ourensanos de Beariz y Avión.
Además de numerosos aficionados, Indurain estuvo arropado por ex ciclistas como el propio Pino y Ezequiel Mosquera y políticos como el presidente de la Diputación de Pontevedra, Rafael Louzán.n
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