Perder tras ganar es posible en una final

Perder tras ganar. Es posible y ayer lo ejemplificó la selección española de Miguel Méndez en un final fatídico del Campeonato de Europa de baloncesto ante Bélgica. Dominó casi todo el partido, defendió de manera notable y adquirió ventaja hasta llegar a los dos últimos minutos con medio título. Reaccionó Bélgica, que se puso a un punto a falta de catorce segundos y con posesión española, y ahí, en ese momento, llegó el desastre, el momento de perder un encuentro en una cascada de acciones fatídicas con el peor resultado posible.

Sacó de fondo el conjunto español y las oponentes tardaban en hacer la falta, cuando atravesaron el centro del campo, parecía que iba a llegar y Mariona Ortiz, para alargar un poco más la jugada, optó por pasar atrás a una Alba Torrens que corría para evitar el campo atrás. El envío fue malo, nefasto, muy largo y dirigido hacia la oponente Antonia Delaere, que tuvo que recoger el balón, hacer unos metros y meter la bandeja para poner a su equipo por delante (65-66). No mandaba en el tanteador desde el tramo final del tercer cuarto y, en el último, España llegó a ir ganando por 12 puntos y todavía lo hacía por esa distancia a falta de 2:56. Las jugadoras de Miguel Méndez hicieron casi todo lo necesario para ganar y, cuando el título estaba en casa, también realizaron lo preciso para perderlo. Y ya no había tiempo para más. Estuvo en su mano y se marchó, por eso duele, pero también abre las inmensas posibilidades del conjunto creado por el técnico vigués en el nuevo ciclo olímpico.

Antes de la resolución fatídica, la España de Miguel Méndez llevó las riendas desde el principio y supo sufrir cuando Bélgica buscó su momento. El combinado estatal se apoyó en Awa Fam y la ourensana Raquel Carrera firmó demasiadas pérdidas, pero mostró un juego más repartido y mejor movido que el rival. La temida Emma Meesseman (16 puntos y 11 rebotes) y la potencia de Kyara Linskens (17) estuvieron a raya de inicio, y fue Julie Allemand (19) quien tiró de las suyas.

La selección española dio un paso adelante desde el banquillo en el segundo cuarto, un fondo de armario representado por la irrupción de la ourensana Paula Ginzo, nueve puntos en ese parcial, y una buena defensa. Bélgica se empeñó en el tiro de tres sin acierto y las de Méndez abrieron brecha (30-22). España controló las pérdidas, sacó la garra de Alba Torrens y se fue al descanso al mando (37-31). Contra las cuerdas, las belgas se animaron tras el paso por vestuarios, Meesseman movió a las suyas y a las españolas les entraron las prisas (46-49). La cuatro veces campeona de Europa salió del bache en los dos últimos minutos, con el desparpajo de Elena Buenavida y Aina Ayuso, y España entró en una racha que le llevó a la máxima del partido rozando el oro. Y, la catástrofe deportiva.

Miguel Méndez: “Es una forma muy cruel de caer en una final”

El vigués Miguel Méndez se mostró satisfecho por el papel realizado por la selección española en la final ante Bélgica y destacó que “es una forma muy cruel de perder”, además de incidir en que la derrota llegó “por detalles”.

“Felicidades a Bélgica. Eran las favoritas desde el principio, tenían a todas sus jugadoras y han jugado un buen baloncesto durante estos últimos 10 días. También quiero felicitar a mis jugadoras. No es fácil construir el equipo en un mes y compartir el balón o defender como lo hemos hecho. Es un momento duro, pero esto es baloncesto. Mañana el sol brillará de nuevo”, expresó el olívico tras el encuentro.

“Para mí es un torneo exitoso. No es fácil jugar a baloncesto. Hoy hemos cometido varios fallos y han aprovechado la oportunidad. Si tuviéramos un partido más mañana, repetiríamos lo mismo. El mismo plan. Estoy muy orgulloso de mis jugadoras”, indicó Miguel Méndez sobre lo realizado y añadió que “no pongo ni un pero. Es un juego de aciertos y errores. Hemos tenido muchos más aciertos que errores. Si hubiéramos ganado, a nadie le hubiera sorprendido. Nos merecíamos esta victoria tanto como el equipo que ha ganado. pero esto es deporte. Aceptamos la derrota y nos preparamos para la siguiente. Es una forma cruel de perder, sobre todo para las jóvenes. Es duro”.

Sobre el tramo final del partido, matizó que “aguantando esos dos balones finales esperando las faltas que iban hacer, teníamos el partido cerca. Un equipo como el nuestro puede equivocarse. Un equipo ganador como ellas, con mucha suerte en los minutos finales, puede ganar”.