Patricia Lima: “Europa y la Copa dan un gustito adicional en A Guarda”

Nació el año de la sentencia Bosman. Y muy agradecidos que hemos quedado de que Patrícia Lima (Matosinhos, 1995) sea comunitaria del otro lado de la “raia”. No es la primera lusa en jugar en A Guarda, pero sí quien ha llevado la magia de su juego a A Sangriña. “No busco aplausos sino el gol, sea de lanzamiento o de rosca, que me sale desde pequeña”, viene a decir en un castellano tan veloz, locuaz y torrencial. ¿Un título para el Guardés? Veremos.

En la RTP, tras su primer doblete con el Gaia (2017), dijo que su sueño era ser profesional. Ya lo es. ¿Ha alcanzado su meta?

Qué va. Espero que este sueño esté por lo menos aún en el medio. Lo difícil ha sido llegar a profesional, pero una vez que lo soy quiero seguir creciendo, no sé si aquí o fuera pero deseo seguir aportando más y llegar a un punto que diga: aquí estoy bien. Aún estoy en mitad de mi sueño.

Carmen Campos, Paulina Buforn, Sarah Valero… ¿Francia es ahora la referencia máxima?

En Francia los apoyos son más. Las jugadoras cobran muchísimo más. Es una liga muy bien estructurada. Las jugadoras tienen un sueldo mínimo y no pueden cobrar por debajo de él. Es inevitable que veas que son clubes con las máximas condiciones, con fisioterapeutas, cobrando más… al final vas a ser el máximo de profesional que puedas ser. La liga húngara es muy buena, la alemana también… Pero la francesa tiene un conjunto de cosas que la hacen ser la mejor.

¿Qué necesita la liga española para cortar tal sangría?

Apoyos. Todas amamos el balonmano, pero es nuestro trabajo. Vas un poquito donde cobras más y donde cuentas con más apoyos. En España -no es el caso del Guardés-, hay jugadoras que tienen que estudiar, que trabajar… Es decir, que no están dedicadas al cien por cien como profesionales. Y sin una liga totalmente profesional, no puedes pedirles que todas lo sean. Con más apoyos y los clubes con más dinero, podrán invertir más, las jugadoras se podrán dedicar y podremos crecer. Porque la liga es buena y tenemos los mejores entrenadores del mundo.

Llevas ya dos años en A Guarda. ¿Qué te exige más Prades ahora? ¿Alguna cuestión en particular?

Bastante. Es mi tercer año y, además, de central. Tengo doble responsabilidad. Prades siempre exige lo máximo, y eso es buenísimo porque nunca te relajas. Empezamos a ganar confianza él en mí y yo en él y es inevitable que cada año él quiera que yo sea mejor. También yo lo quiero. Prades siempre me pide que sea más ofensiva, que vea más portería y que me dedique a jugar un poquito más para mí primero y después para el equipo. Lo normal es que cualquier jugadora pase por muchos puestos, pero he sido central toda la vida, salvo cuatro meses de portera, y me he dedicado a ‘fijar y soltar’. Prades me dice que ‘vale que lo hagas, pero no va a pasar nada porque ganes un poquito más de ofensividad’.

Ya que hablamos de ataque, ¿prefieres acabarlo con una rosca o con un lanzamiento exterior?

La rosca es un recurso más para mí. Hay gente que lo ve como una fantasía, pero cuando miro la portería y creo que en ese momento lo mejor es meter una, lo hago. No meto una rosca para que el pabellón se levante, es que lo hago desde pequeña. En el momento elijo lo que va a ser gol y me da igual que sea una rosca o un lanzamiento fuerte… ¡mientras la meta! Sé que el pabellón va a estar conmigo igual.

Nueva temporada. ¿Ves a vuestro equipo más armado para discutir la Liga al Bera Bera?

No puedo contestar aún porque no conozco a nuestros tres fichajes brasileños. Sí que es verdad que este año veo una cosa diferente. El primer año salieron muchas jugadoras. Y el segundo. Y también este. Pero es la primera vez que se queda la estructura del equipo, la manera de jugar. Como nos hemos quedado quienes estábamos en el bloque, creo que ahí podemos hacer la diferencia. Los años anteriores sentía que todo empezaba de nuevo otra vez. Este año puede ser que las cosas sean un poquito más equilibradas y que no tengamos la diferencia de la pasada temporada.

¿Prefiere la Liga o una competición continental? Los dos años pasados habéis tenido la copa europea tan cerca...

No puedo elegir una porque son sentimientos muy diferentes y este año la Liga Europa va a ser muy difícil. Nos vamos a enfrentar con equipos que tienen posibilidades que nosotras no tenemos y debemos asumirlo. Son clubes que están siempre ahí y a nosotras nos ha tocado subir un nivel en Europa. Pero sí que es verdad que en A Guarda lo de Europa, y la Copa, les da un gustito adicional… En la liga tenemos que pelear por estar arriba y en Europa ves plantillas totalmente profesionales y dices ‘madre mía’. Tenemos más exigencia en la Liga. En Europa vamos a ir a muerte en todos los partidos, sea el rival que sea.

En Gaia jugabas en una pabellón de colegio y decías que era muy “particular”. A Sangriña también lo es.

Son muy parecidos, es muy familiar. Claro que aquí hay una grada con la que no hay comparación, tampoco en ningún sitio de España. Cuando ganamos la Liga con el Gaia y aunque el polideportivo es muy pequeño, no entraba ni una persona más. Y aquí ha sido muy bonito pues el apoyo es igual o el doble. Porque en A Guarda a la gente le gusta el balonmano, entiende, nos conoce por la calle… Es genial.

Y tendrás ganas de que vuelva la afición sin restricciones.

Sí. Todo el mundo sabe que en A Sangriña, con afición, vamos a jugar con ocho porque ellos son uno más. Cuando la temporada pasada tuvimos el pabellón vacío era como que ni estábamos jugando en casa. Nos faltaba algo porque la afición aquí es el cincuenta por ciento.