El oro de la redención

Saben aquel que van un médico y un profesor y salen campeones de Europa. Podría parecer un chiste. Pero no lo es. En todo caso, sí es algo para reirse. Porque los cangueses Álex Casal y Samu Pardavila se colgaron la medalla de oro junto al resto de compañeros de la selección española de kayak polo en el torneo continental que acogió la localidad francesa de Avranches. Lo hicieron en una final agónica contra Italia, resuelta con un gol de oro de Pardavila en la segunda prórroga (3-2).

“Supo muy bien”, reconoce Samu horas después de su momento mágico. Fue el clímax de su historia de regreso a la selección, tras quedarse fuera de los pasados Juegos Mundiales y un Europeo en el que España fue de menos a más, con problemas en la fase previa. “Perdimos un partido contra Portugal que no teníamos que perder. Pero nos metió en la boca un 3-1 a las 9 de la mañana que nos mandó directos a la repesca”, recuerda Álex. A partir de ahí, todo mejoró aunque fuera a base de victorias ajustadísimas.

Este título continental es el primero desde 2022. “Sienta fenomenal volver a ganar después de 3 años”, reconoce Casal, que sí formó parte del combinado en los Juegos Mundiales celebrados en China hace unas cuantas semanas. “Fueron un desastre”, reconoce. “Nos quedamos fuera en octavos de final y con muy malas sensaciones en los partidos”, apunta.

Por todo esto, el cetro conquistado en Francia sabe todavía mejor. “Fue el chico de oro. No deja de ser gracioso verle meter el gol decisivo a dos manos”, bromea Álex, autor del segundo tanto, que en su día fue entrenador de Samu y desde hace un tiempo es compañero. “A veces se hace cuando quieres ejecutar rápido”, apunta Pardavila, quitándose méritos, al tiempo que recuerda la jugada clave: “Antes de que me la pasaran ya estaba visualizando el gol. Tenía claro que tenía que tirar rápido para que no les diera tiempo a ajustarse. Y fue para adentro”.

Los dos recuerdan el envite contra Italia como un esfuerzo descomunal. No solo porque fue cerradísimo y se decidió con dos prórrogas. También porque por la mañana habían batido a Suiza en semifinales (3-2), además de la lógica acumulación de cansancio de todo el campeonato. “El mínimo fallo era la diferencia entre ganar y perder. Estábamos sufriendo todos, con un desgaste físico muy importante”, subraya Samu. “Las prórrogas con complicadas. Hay mucha tensión. No puedes fallar porque cualquier error supone perder el partido”, añade, mientras Álex agradece haberse quitado esa “sensación de frustración” de los últimos tres años contra un combinado transalpino al que nunca se había enfrentado en una final. “Siempre nos la jugábamos en las semifinales”, recuerda.

Pero por mucha alegría que sintieran, la realidad los esperaba al otro lado de la esquina. El vuelo de regreso a casa de los canteranos del Rodeira salía de Nantes a las 6:00 de la mañana del lunes y debían hacer dos horas de coche hasta el aeropuerto, más el trayecto desde Oporto a casa. “No dormimos”, reconoce Álex. Tocó hacerlo ya bien entrada la mañana. “Pero sarna con gusto no pica”, apostilla Samu, feliz de vivir estos momentos con su amigo. “Siempre fue mi referente. Es muy especial compartir este oro con un gran amigo”, expresa con sinceridad.

Ayer, el despertador sonó para ambos. No para entrenar o competir, sino para ir a trabajar. Casal es médico y Pardavila profesor. “Del kayak polo no se puede vivir”, apunta Álex en tono de broma, recordando aquella famosa frase inmortalizada por un jugador de petanca. Es lo que les queda. Pero, a diferencia de la mayoría de compañeros de curro -o quizá todos- , ellos son campeones de Europa tras un torneo lleno de emociones que trajo consigo el oro de la redención.