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CELTA - REAL MADRID
Que no. Que no es nada fácil matar a un gigante. Que no basta con meter una piedra en una honda y apuntar a la frente. Que eso sólo pasa en cuentos bíblicos como el de David y Goliat. Para matar a un gigante como el Real Madrid hace falta mucho más. Hay que saber dormir el partido para frenar el ímpetu inicial del rival. Hay que dominar los propios nervios que te llevan a fallar pases que nunca fallas, como le sucedió a Iago Aspas. Hay que saber sufrir cuando el gigante encuentra una autopista en el centro del campo y empata el partido con un golpe franco directo. Y, también, hay que tener esa pizca de suerte que te permite marcar un gol en el tramo final de cada tiempo. Todo esto y algo más necesitó el Celta ayer para eliminar al campeón del Europa y clasificarse para las semifinales de la Copa del Rey por undécima vez en su historia, la segunda seguida.
Adormidera celeste
Salió el Celta dispuesto a dormir el partido desde el principio frente a un Real Madrid al que Zidane dotó de clara vocación ofensiva: con Casemiro acompañando a Sergio Ramos en el centro de la zaga ante la falta de centrales, con Danilo y Nacho en los laterales, y con Isco acompañando a Cristiano Ronaldo, Benzema y Asensio en ataque. El equipo vigués cedió el balón a los blancos tanto que acabó arriesgando en demasía y Cristianto Ronaldo pudo abrir el marcador en el minuto 25 con un doble remate que impactó en el larguero y en el poste izquierdo.
Resultado de campeón
Después de resistir la avalancha del Real Madrid, siempre a ráfagas, el Celta se estiró en los últimos minutos de la primera parte y evidenció la fragilidad de la defensa visitante –sin Carvajal, Varane, Pepe o Marcelo–. Guidetti avisó en el 40 con un remate que sacó Casilla y Danilo marcó en propia puerta un rechace del portero tras otro disparo del ariete sueco. Con muy poco, los vigueses se fueron al descanso por delante en el marcador.
Una falta cambia el partido
Pero el Real Madrid son sus estrellas y Cristiano Ronaldo volvió a hacer creer a su equipo con un golpe franco directo que Sergio no pudo atajar. El Celta vivió momentos de pánico, perdió el sitio en el centro del campo y durante muchos minutos quedó a merced del rival.
La suerte del ganador
Pero cuando peor lo estaba pasando, el Celta supo rehacerse, hiló dos pases seguidos y Wass acabó marcando el 2-1 a seis del final. El empate de Lucas Vázquez en el descuento fue ya inútil.
Correcta actuación del murciano Sánchez Martínez
José María Sánchez Martínez pasó desapercibido durante la mayor parte del partido disputado anoche en Balaídos y, cuando recibió protestas de uno y otro equipo, casi siempre tuvo razón en sus decisiones. Cristiano Ronaldo volvió a ser fiel a su habitual caída dentro del área y el colegiado no picó. El público criticó las muchas faltas que pitó contra el Celta, pero todas ellas existieron. Y Las pocas tarjetas que mostró, tres al equipo celeste y una al blanco, estuvieron justificadas. n
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