No es un adiós,  es un hasta luego

Querida familia celtista,

Os escribo esta carta para contaros que hoy se hace oficial mi cesión por un año al Sheffield Wednesday inglés. No ha sido una decisión fácil, nunca es fácil marcharse de la que ha sido y será siempre mi casa. Desde que llegué aquí, con 21 años, siempre he sentido Vigo como mi hogar.

En estos seis años han sido muchas las cosas que hemos vivido juntos. He crecido mucho como jugador, pero sobre todo como persona. Tengo que agradecer a tantas personas el cariño y el respeto que me han mostrado que no quiero olvidarme de nadie. En primer lugar, gracias a toda la directiva por haber confiado en mí desde el primer día. A todos los empleados del club, A Madroa y Balaídos por todo el cariño que me han dado. Doctores, fisios, utilleros y demás personas del cuerpo médico por haberme cuidado tanto. A todos los entrenadores y miembros del cuerpo técnico que he tenido estos años por haberme enseñado a ser mejor futbolista. A todos los compañeros, amigos, con los que he vivido experiencias inolvidables, que han hecho que cada día sea diferente. Os estaré animando y apoyando desde la distancia como un amigo. Y por último, a todos vosotros, la gran afición que tenemos en este club. Por haberme apoyado y animado en todos los momentos, me habéis hecho sentir especial con vuestro cariño. Me enseñasteis lo grande que es este sentimiento. Gracias.

Me marcho porque quiero seguir aprendiendo, quiero jugar y mejorar. Y aunque me ilusiona esta nueva etapa y el reto que se presenta ante mí, no me olvido de dónde pertenezco. No es un adiós, sólo un hasta luego.

Nos vemos pronto.

Hala Celta!