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CELTA
El Celta trasladó ayer a la Copa del Rey el permanente naufragio que vive en la Liga y cayó eliminado del torneo ante un rival de Segunda División. Óscar García Junyent apostó por las rotaciones masivas, pero cuando vio que su equipo perdía 1-0 en la segunda parte sacó del banquillo a Pione Sisto, Iago Aspas y Rafinha. Dio para empatar, pero el equipo, formado por atacantes y defensas, se rompió por la mitad y un error de Rafinha, que le costó la expulsión, decantó definitivamente el partido del lado del Mirandés.
Rotaciones masivas
El rival, un Mirandés de Segunda División, y la cercanía del trascendental partido de Liga contra el Eibar, este domingo en Balaídos, invitaron a Óscar García Junyent a apostar por las rotaciones masivas. Solamente tres jugadores repitieron en el once tras ser titulares también en el choque anterior, contra el Athletic: Néstor Araujo, Kevin Vázquez y Brais Méndez. El resto, todo caras nuevas, incluidas la del canterano José Fontán, que actuó como lateral izquierdo, y la de Jorge Sáenz, que jugó en el centro del campo.
En manos del rival
El Celta tiró prácticamente toda la primera parte, en la que se vio superado por un Mirandés que, a base de orden y ayudas, igualó el potencial del equipo de Primera División. Sergio Álvarez, de lo mejor del equipo celeste ayer, salvó por primera vez al equipo antes de que Brais Méndez cometiera un penalti en el minuto 27 que Matheus transformó en el 1-0.
Acoso sin derribo
Tras el descanso, Óscar García Junyent empezó a reforzar el ataque del equipo vigués al tiempo que desprotegía la retaguardia. Entraron en el campo Pione Sisto, Iago Aspas y Rafinha, y salieron Juan Hernández, Pape Cheikh y Brais Méndez. El Celta se adueñó de la pelota y Sisto consiguió el empate en el minuto 74, con un magistral remate desde la frontal del área que se coló por la escuadra de la portería defendida por Limones. Sin embargo, el equipo celeste no supo sentenciar y el partido se fue a la prórroga.
El error de Rafinha
El punto de inflexión del encuentro y de la eliminatoria se produjo en el minuto 110. La presión alta del Mirandés hizo que Rafinha perdiera un balón cerca del área de Sergio Álvarez y el jugador celeste trató de enmendar su error cometiendo un penalti que además le costó la expulsión por tarjeta roja directa. Sergio detuvo el lanzamiento de Álvaro Peña, pero en la siguiente jugada, un despiste defensivo acabó en gol de Antonio Sánchez.
El Celta no sabe de épica
Por debajo en el marcador a falta de unos pocos minutos para el final de la prórroga, el Celta apeló a la épica, pero no es el de Óscar García un equipo diseñado para tales batallas. Aun así, estuvo a punto de forzar la tanda de penaltis con un remate de Sáenz que sacó el portero y otro de Araujo, al larguero. n
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