Muere Rogelio Rivas, pionero de la velocidad

Atletismo

El vigués falleció a los 80 años, fue el primer atleta olímpico del Celta en Tokio 1964, el primer español en correr el 100 en 10.4 y tricampeón de España del 400

El vigués atraviesa una línea de meta sobre una pista de ceniza.
El vigués atraviesa una línea de meta sobre una pista de ceniza.

Ayer murió Rogelio Rivas a los 80 años. Y aunque la bruma del tiempo lo disipa todo, la luz de la memoria recuerda que este vigués fue un pionero de la velocidad en España y del atletismo en el Celta. Porque fue el primer olímpico de la entidad celeste en los Juegos de Tokio 1964 y el primer español en correr los 100 metros lisos en 10.4.

Porque si ya es difícil dedicarse hoy a la velocidad por estas latitudes, cuánto más lo era en aquellos tiempos, dar una patada a la puerta y abrirse paso hasta el concierto internacional a golpe de récord en los 60. Porque Rogelio, un talento precoz, también le dio al Celta su primer récord de España absoluto21.6 en el 200 en 1962—. Luego vino el mentado 10.4 en el hectómetro. Siempre sobre pistas de ceniza, lo habitual en aquellos tiempos.

Sus comienzos, allá por finales de los 50 y principios de los 60, estuvieron guiados por una figura tan representativa del atletismo vigués como Alfonso Posada. Ambos entrenaban mano a mano en los jardines que entonces rodeaban al Náutico de Vigo, con limitaciones para entrenar en las pistas de Balaídos —algunas cosas nunca cambian—, a las que solo podía ir domingos y festivos. Eso no le impidió salir campeón de España juvenil en el 100 y el 200, además del 4x100. Semejante rendimiento le llevó a la Blume de Madrid en 1962 y a los Juegos de Tokio en 1964.

Rogelio siempre lamentó no ofrecer su mejor versión en el cielo del deporte. Fue octavo en su serie, con 11.1. Estaba limitado por una lesión y aquella tarde llovieron mares. Eso pasa. Lo que queda es haber sido el primer olímpico del Celta.

Solo tenía 20 años cuando regresó de donde nace el sol. Pero sus persistentes problemas musculares cambiaron su rumbo y lo llevaron al 400. En la vuelta completa a la pista logró ser campeón de España en 1965, 1967 y 1970. Consiguió así el hito que no pudo alcanzar en la velocidad pura.

Pero, para que los atletas de hoy tengan condiciones dignas, los de ayer tuvieron que luchar contra los elementos. Por eso, con solo 26 años, Rogelio dio un paso al lado en el deporte para dar uno al frente en su vida. Aceptó una plaza como aparejador del estado en Oviedo. Allí continuó un camino que ayer se cerró después de abrir otros para muchos deportistas.

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