Memorias de un celtista de Triana

Este extremo zurdo sevillano –'del barrio de Triana', puntualiza– recibió ayer un merecido homenaje en la presentación de su biografía, en la que Jesús Penabad, un ferviente admirador, resume las siete décadas de vida de este gran jugador. En ella se narra su época gloriosa en el Celta, así como su paso por el Barcelona y sus orígenes en el fútbol en su querido Betis.

Manolo Jiménez jugó siete temporadas en el Celta, entre 1968 y 1975, y fue uno de los artífices de uno de los mayores hitos de la historia celeste: la primera la clasificación para la Copa de la UEFA en 1971.

Jiménez, que ayer estuvo rodeado de amigos y ex compañeros en la presentación de su biografía –entre ellos el ex portero del Barça Pedro Valentín Mora, representando a la agrupación de ex jugadores del club culé–, cuenta cuál es el origen de este libro: 'Surgió hace tres años. Y estaba fumando un cigarro en la Alameda y él se acercó (Jesús Penabad) para preguntarme si yo era Manolo Jiménez. Ahí surgió el contacto. Estoy muy contento de cómo ha quedado el libro. Es toda mi vida'.

El sevillano cree que ya no existen jugadores como él –'ya no hay extremos', se lamenta– y destaca el tremendo olfato de gol que poseía. 'Fui tres temporadas máximo goleador del equipo en Primera –71/72, 72/73 y 73/74– a pesar de no ser delantero centro', asegura Jiménez, que, según sus cuentas, anotó un total de 78 goles con el Celta, entre partidos de Liga, Copa y amistosos. Los datos oficiales, dicen que marcó 46 tantos en Liga, 36 de ellos en Primera.

Llegó al club celeste mediada la campaña 1968/69. Lo hizo cedido por el Barcelona. 'Por aquel entonces, el Barcelona tenía una plantilla fenomenal con jugadores como Rifé, Oliveros, Juanito o Rexach. Era difícil hacerse un hueco y yo lo que quería era jugar. Llegué al Celta y con la colaboración de mis compañeros logramos subir el equipo a Primera', explica.

Jiménez echa la vista atrás y recuerda aquellos primeros setenta gloriosos del Celta. Considera que la suya fue una de las mejores generaciones del club. 'Había calidad futbolística y mucho compañerismo. Era una plantilla fenomenal con jugadores de mucha categoría como Manolo, Costas, Rivera, Rodilla o Lezcano. Y teníamos un gran entrenador, Juanito Arza', comenta.

Cree que desde entonces el fútbol ha cambiado mucho. Considera que ha mejorado en muchos aspectos, pero destaca los valores con los que contaba en su época. 'Antes no había 200 cámaras siguiéndote, pero el fútbol era más de corazón, de fuerza, de sabiduría', dice.

Uno de sus mejores recuerdos con la camiseta del Celta fue una victoria contra el Real Madrid, la de la temporada 1972/73. Precisamente una imagen de ese duelo, la de la celebración de su gol, sirve para ilustrar la portada del libro. 'El campo estaba encharcado y les ganamos 3-0. Yo marqué el segundo gol', explica.

Se proclama admirador de Leo Messi y del actual Barça, pero su corazón está, ante todo, con el Celta. Y le gusta el giro que ha dado el equipo en los últimos tiempos: 'Creo que lo están haciendo bien. Tienen jugadores de calidad, sólo falta tiempo para que se acoplen todos'. Manolo Jiménez es un vigués más a pesar de su acento andaluz. Se quedó prendado de la ciudad en el momento en el que llegó y una vez acabó su carrera como jugador no dudó en establecer su residencia en Vigo. 'Me quedé por la gente, por la ciudad, por el entorno... Y todo lo que he ganado lo he invertido aquí. Me considero vigués', asegura.

A pesar de que se retiró del fútbol hace 38 años, Jiménez sigue siendo toda una institución dentro del celtismo y explica que mucha gente le reconoce por la calle. Atiende amablemente a todo el que le pregunta por su etapa de futbolista y tiene claro cuál es su club: 'Viva mi celtiña'. n