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Mundial Trial
Ser subcampeón del mundo de lo que sea es algo para celebrar. Todo un logro. Pero si el único que te supera acumula 35 títulos mundiales, entonces suena poco menos que a lo máximo que se puede conquistar. Por todo esto, Gabriel Marcelli celebró por todo lo alto el mayor hito de su incipiente carrera deportiva. El rosaleiro selló la segunda plaza del certamen global de trial en la localidad catalana de Ripoll tras una temporada granítica en la que casi nunca se bajó del podio. “Estoy en una nube”, reconocía horas después, al otro lado del teléfono.
A Marcelli le duraba la alegría. Se percibía en el timbre de su voz y en el brillo de sus palabras. “Es cierto que era el objetivo que nos marcamos a comienzos de temporada, pero trabajamos duro durante el año para conseguirlo”, subraya el piloto de O Baixo Miño, que logró mejorar el tercer lugar obtenido el año pasado. Solo tiene 24 años y ya es campeón del mundo de Trial2 y viene de encadenar dos podios en la categoría reina.
Su precocidad evidencia un pilotaje talentoso. Pero este año se ha destapado como una roca. “La madurez”, confirma en tono de broma, antes de ponerse serio: “Hay pilotos que pueden estar un día en el podio y ser octavo el fin de semana siguientes. Pero para estar entre los tres primeros, la clave número 1 es la constancia”, subraya el rosaleiro, que supo aguantar las embestidas de Jaime Busto en la segunda mitad del curso, tras haber construido una importante ventaja en la primera. “Él se puso las pilas y le metió mejoras a la moto. Se puso en modo de ataque y en cada carrera iba mejor. Yo intentaba defender mi posición y no bajarme del podio. En alguna cometí errores de más y me bajé, pero igualmente conseguí ser muy regular toda la temporada. Supe administrar la ventaja en el resto de carreras”, analiza con orgullo.
Y así debe ser. Los logros hay que festejarlos y más aún cuando llegan con sufrimiento. Marcelli encaró la doble cita del Gran Premio de España sabiendo que le llegaba con ser tercero los dos días. Eso hizo. Aunque Busto fue segundo, el subcampeonato estaba en el bolsillo. El primer puesto fue para el de siempre. Un Toni Bou que conquistó su décimo octavo título mundial al aire libre, que unido a los 17 que tiene indoor suman la barbaridad de 35. “Soy afortunado de ser su compañero y de que sea una persona tan campechana. Siempre que puede te echa una mano", apunta sobre su compañero en el equipo Repsol Honda, eufórico por meter a sus dos motos en lo alto de la clasificación. “Estaban súper contentos”, confirma Gabi, satisfecho “por cumplir con lo que piden los sponsors” en este cierre del campeonato. “Con Toni es fácil”, bromea. “Pero, supongo que yo lo complemento muy bien”, añade.
Pero, por su juventud y evolución, Marcelli no se conforma. “Noto que cada año doy un paso más adelante y eso me motiva mucho. Ya tengo ganas de empezar 2025”, desliza. Solo le queda un escalón más si quiere seguir progresando. El más difícil, sin duda. Es atacar un coto vedado para una sola persona en casi dos décadas. “A ver si puedo apretarle, ganarle alguna carrera y atacar el campeonato”, explica Gabi, que desvela que la relación con el catalán es “muy buena”, pero que “una vez te pones el casco, cada uno va a pelear por lo suyo”. En ese sentido, el rosaleiro sabe que Bou es la montaña más alta que existe en el trial. “Es luchar contra el deportista más grande de la historia”, reconoce. “Pero noto que voy a más. Creo que podremos darle algún sustillo a Toni”, concluye.
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