El manantial que nunca llegó a ser río

Celta

A pesar del aguacero, Jozabed no dejó de intentar generar fútbol mientras estuvo en el campo

b.r. VIGO

Publicado: 13 may 2018 - 02:42 Actualizado: 14 may 2018 - 01:04

Jozabed trata de marcharse de Achraf en una de sus incursiones por la izquierda en la segunda parte.
Jozabed trata de marcharse de Achraf en una de sus incursiones por la izquierda en la segunda parte.

En fútbol, el resultado es lo que sucede en las áreas y el juego lo que acontece entre ellas. El centrocampista sevillano no tuvo incidencia en lo que ocurrió en ambas porterías, pero desde el primer minuto se implicó al máximo en el desarrollo del encuentro en la zona ancha. Estuvo muy participativo y con gran efectividad en el pase, con mucha movilidad y un ofrecimiento constante que resultó ser solución para los compañeros. Cuando el primer pase de Lobotka lo encontró, el Celta armó las jugadas más peligrosas e incluso asomó al balcón del área con peligro.

A pesar de la goleada que estaba encajando el equipo vigués, a Jozabed no le quemó la pelota en los pies y siempre trató de crear fútbol. A nivel defensivo se vio superado, igual que sus compañeros de medular, que fueron incapaces de frenar las estampidas del Madrid. Con su cambio al costado izquierdo en la segunda mitad, el sevillano perdió presencia en el juego y terminó sustituido por Radoja.

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