Un intruso en el Nástic

El canterano celeste encontró en Tarragona lo que buscaba cuando se marchó cedido en enero. Ha disputado una veintena de encuentros, la mayoría como titular y a pesar de haber sufrido diversos problemas físicos. Pero no ha podido evitar el descenso del Nástic a Segunda B. Condenado, luchó contra el Deportivo como el celtista que es. Condenado y en la grada por obligación contractual, ni siquiera tratará de engañar a su corazón el próximo domingo: 'El Nástic ya está descendido y el Celta se juega la vida, así que no hace ni falta que diga qué es lo que quiero'.

Hay distancia geográfica entre Abalo y los futbolistas con los que creció en A Madroa, pero siente sus victorias como propias y quiere empujar desde la otra punta de la península. 'El partido contra el Deportivo era especial para mí. Traté de ayudar todo lo que pude y les pusimos las cosas difíciles, pero nos pasó lo que ha sucedido otras veces esta temporada: fuimos superiores pero no supimos materializar nuestras ocasiones', explica el arousano, autor de la asistencia en el 1-0 del Nástic.

Disputó sus últimos minutos con la casaca granate en su derbi particular. Ahora, se dedicará a descansar y recuperarse de los problemas físicos que le han lastrado en los últimos meses. 'Primero tuve una fisura en un dedo y ahora varias sobrecargas. No quise parar porque estábamos en una situación complicada, pero ahora intentaré descansar para llegar de la mejor manera posible a la pretemporada', avanza el arousano, que ya sueña un verano de Primera: 'Ojalá. El Celta está muy bien y creo que puede ganar los dos partidos que le quedan por disputar'.

Si el ascenso llega este domingo, lo celebrará con sus compañeros. Si hay que esperar una semana más, confía en llegar a tiempo para presenciar en directo una victoria definitiva en Balaídos. 'No jugaré el último partido, así que espero que me den permiso para ir a Vigo tras mi último entrenamiento y llegar a tiempo para ver el partido contra el Córdoba. Me haría muchísima ilusión celebrar el ascenso con mis compañeros y darles las gracias por el gran año que están haciendo', afirma desde Tarragona, sin poder ni querer ocultar el corazón celeste que palpita bajo su camiseta granate.