'Ha llegado el momento de dar un paso a un lado e irme'

Eso sí, pone por delante la total confirmación de que el primer equipo saldrá a competir la próxima temporada en la Liga Asobal, suceda lo que suceda este verano con las ayudas institucionales y los patrocinios. Por lo tanto, asume que si nadie toma el relevo, tendría que seguir en el cargo. Y pone por cuestiones operativas del equipo como fecha tope el 15 de junio, tras una reunión previa con el alcalde, para hallar al delfín. Para su desgracia, será complicado que aparezca.

Su anuncio es síntoma de la situación que viven los clubes de élite vigueses, en su mayoría sustentados en directivas unipersonales de facto. Porque la encrucijada en la que vive Rodríguez es similar a la que martiriza a otros como Paco Araújo (Bosco), Guillermo Touza (Vigo Volei) o Pablo Beiro (Amfiv).

El todavía presidente académico explica que ya el pasado mes de diciembre quiso irse. Se lo comunicó a sus directivos, al técnico Quique Domínguez y a un representante de los jugadores. Todos ellos le respondieron que si él se iba, lo acompañarían en el adiós: 'Tuve que quedarme, pero ya advertí de que a final de temporada, si nos salvábamos, retomaría el tema'.

Con la permanencia confirmada, 'creo que tengo que dar un paso a un lado y que alguien lo dé al frente'. Reconoce que desde primeros de año ha buscado y 'no he encontrado candidato'. En su alegato de intento de despedida, propone que su sustituto 'lo busque el alcalde', porque considera que 'a este club, que es una institución en la ciudad, lo valora mucho más la ciudadanía que los políticos'.

Los retrasos en los pagos de las instituciones públicas están de trasfondo. Pero Rodríguez perjura que su anuncio no es ninguna medida de presión. 'Si fuese así –argumenta– no diría que el Octavio jugará seguro en Asobal el próximo año, sino que saldría explicando que si no me dan dinero no salgo'. Genio y figura, sí; pero no hasta la sepultura. Espera.

Macías-Cerillo, posible pero difícil salida

Puestos a buscar un posible relevo para Rodríguez, una opción nada desdeñable sería la del tándem formado por los jugadores Cerillo y Pablo Macías. Ambos han crecido en el Octavio y juegan en su primer equipo desde hace lustros. De hecho, los dos han asumido en los últimos tiempos más funciones dentro de la entidad, especialmente el extremo, al que el presidente concede el cargo de gerente. Sería una sucesión no abrupta, pero hay un problema: el actual máximo mandatario quiere irse del todo; el posible o posibles sustitutos lo quieren en el equipo.

Ayer, Cerillo y Macías aseguraban estar 'muy sorprendidos' por el anuncio. En su voz, las dudas que genera el posible cambio de época. 'No tengo ni idea', apunta Macías cuando se le pregunta por sucesores. La razón: 'Nunca me había planteado ver el club sin Javier. Creo que muy poca gente lo esperaba'. Si las flechas apuntan hacia él, reconoce que 'no sé todavía qué haré la próxima temporada. Si tengo que dejar de jugar, será muy duro. Pero últimamente estoy mejor físicamente y no descarto continuar una temporada más'. De puestos directivos, ni habla.

Cerillo se muestra categórico, poco a poco incluye matices y vuelve a terminar enérgico. ¿Eres el sucesor?: 'A día de hoy, no. No lo creo. Habría que hablar mucho con Javier, en qué condiciones dejaría el club. Si se desvincula al 100%, rotundamente no soy el sucesor'.

El extremo añade que, como en tantos casos, la salida de Javier Rodríguez puede provocar la suya también. 'A título personal, mi continuidad dependerá mucho de si está él o no. Tengo casi 32 años y mis expectativas deportivas ya están más que cumplidas. Si él se va, tendría que plantearme muchas cosas. Nos une una relación muy especial. Es como mi segundo padre'.

Y esa conexión resulta, traidoramente, un obstáculo más en el posible orden sucesorio. Porque Rodríguez no quiere que Cerillo o Macías, ya con obligaciones familiares detrás, 'hagan el gilipollas como lo hicimos mi padre, mi tío y yo, perdiendo dinero y salud'.