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El Círculo Cultural y Deportivo de Cesantes es una de las traineras veteranas del remo autonómico porque su creación tiene como fecha el ecuador de los años ochenta. Nació en 1983 y, poco a poco, involucró a adultos y jóvenes para competir tres años después en batel, trainerilla y trainera con deportistas de las diversas categorías de base y adultos.
Años dorados de la entidad con un número creciente de remeros e, incluso, resultados destacados en el calendario de Galicia. En aquel momento, años 90, llegó un primer punto álgido, pero poco después "hubo una escisión, se formó el club de San Simón y se mantuvo Cesantes", explica el actual presidente, Jorge Rodríguez Crespo. Cuestiones personales, roces y enfados que terminaron por dividir al club. Con el paso de los años, desaparecieron las dos traineras sénior. Se mantuvieron equipos de base hasta que el dirigente actual reconoce que "en 2009, San Simón llevaba unos dos o tres años sin actividad. Pero sí que tenían material y las instalaciones. Realizamos una absorción. La verdad es que no tenía mucho sentido dos equipos en una misma parroquia". De nuevo reunificado, el club de Cesantes volvió a crecer, pero poco a poco y con dos almas porque se da la cinscunstancia de que "en la playa mantenemos el foso y la nave como almacén, mientras que en el muelle, donde estaba San Simón, tenemos el resto del club con el gimnasio y los vestuarios. Aún así, se hace pequeño", reconoce el mandatario.
Y, con ese trabajo, en los últimos años logró sacar la trainera. "Desde 2010 creo que fallamos sólo dos o tres temporadas". Eso sí, el nivel fluctuó, pero casi nunca llegó a ser bueno hasta la presente temporada. "Al final, el club lo hacen los remeros", admite Jorge Rodríguez. Y, en esta filosofía, incorporó a Felipe Silva como entrenador. Un canterano que pasó por Tirán y Meira. Con él, se recuperó poco a poco el número de deportistas de la entidad. "Volvieron remeros que habían salido de aquí, pero que estuvieron en la ACT y en clubs de mucho nivel. Ahora regresan a casa para vivir sus últimos años", explica el presidente. Y como tienen nivel, la "San Pedro" navegó hacia Liga Galega A. Una trainera guadinesca que aumenta su caudal.
Jacobo Lusquiños: "Llevaba 18 años sin remar y pesaba 133 kilos"
En la trainera de Cesantes se juntó esta campaña una tripulación veterana con algún que otro joven canterano. Remeros con una extensa trayectoria en la Liga ACT o jóvenes promesas. Pero, entre todos, también regresó al deporte el veterano Jacobo Lusquiños, que "llevaba 18 años sin remar y son muchos. Me llamaron para empezar con veteranos y comencé con ellos. Pero, después, ya me fui metiendo con los sénior, con los sénior y ahí fuimos. Pesaba 133 kilos, lo fui tomando en serio y me salían las marcas mejor en el ergómetro. Por eso volví, fue un poco de casualidad", explica.
Hace ya más de dos décadas y como cadete empezó en el remo en Cesantes y también en el San Simón, una excisión del primero y ya absorvido por el club original. Después, obtuvo un subcampeonato de España juvenil de trainerillas con Tirán y por último, "lo dejé y no hacía nada comparable con los entrenamientos de remo y su dureza. Lo único, iba a jugar al pádel con los amigos de vez en cuando", explica.
Regresó a una trainera porque "me liaron". De hecho, "fue mi hermano David. Tenemos una empresa juntos desde hace años y él me animó a ir con los veteranos. Ven a probar, ven a probar, y después ya que quedé con los sénior. Ahora lo intento liar yo a él para que venga a la trainera porque aún está para eso. Se encuentra bien físicamente y nos hace falta un conjunto más fuerte para la Liga A".
Pero para pasar de salir de vez en cuando a la mar con los veteranos a hacerlo con los sénior y ser competitivo hay un trayecto que recorrer. En el remo de traineras se entrena todos los días y "las primeras sesiones en la trainera la sensación de agobio era muy grande porque con 133 kilos no estás para este deporte". Por eso, tuve que "correr mucho para perder peso. Hacía el entreno marcado y después iba a correr". Y así, "las marcas iban saliendo" y, después, "los compañeros me animaron mucho. La verdad es que me apoyaron desde el comienzo". Todo ello mezclado con una dieta en la que "tuve mucha ayuda en casa. Pasé bastante hambre. Para ponerse en forma hay que pasarla. Pero ya no es una cosa de no comer, es de hacerlo mucho mejor. Tuve que modificar hábitos, comer mejor, pero hacerlo porque el remo son entrenamientos muy duros y hace falta comer para que el cuerpo tenga gasolina".
Y, así, casi dos décadas después y a los 36 años, Jacobo Lusquiños se subió a la "San Pedro" para obtener un ascenso "y dos banderas. Y eso que en el confinamiento no pudimos entrenar y se nos complicó. Pero, al final, salió bien la temporada".n
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