El futuro hecho presente

Trial | Campeonato de España

Gabriel Marcelli ganó la primera prueba del Campeonato de España para celebrar su renovación hasta 2027 con Honda: “No es normal firmar tres años; es un extra de confianza”

El piloto rosaleiro Gabriel Marcelli vuela entre pinos mediterráneos en la cita que abrió la competición estatal en Abrera.
El piloto rosaleiro Gabriel Marcelli vuela entre pinos mediterráneos en la cita que abrió la competición estatal en Abrera.

El Campeonato de España de trial empezó de la mejor manera para Gabriel Marcelli. El rosaleiro ganó en Abrera, muy cerca de su casa en Barcelona, la prueba inaugural de una competición de un nivel similar al Mundial, salvo por la ausencia de su compañero de equipo y multicampeón Toni Bou. Es una especie de elección del sucesor. Y el príncipe de O Baixo Miño, en su día campeón del mundo de Trial2, demostró que, a cuatro días de cumplir 25 años, su extraordinario futuro ya es presente. “Está genial empezar la temporada al aire libre con una victoria”, subraya.

El caso es que es la segunda victoria consecutiva en el circuito estatal, que cerró el año pasado ganando en La Nucía. Jaime Busto venció en el global entonces. Ahora, por el momento, va detrás de Marcelli. “La línea es buena y parece que estoy poniéndolo contra las cuerdas”, comenta el rosaleiro con su habitual buen humor al otro lado del teléfono. “En la segunda vuelta afiné más y la saqué a cero. Aunque fuera un trial fácil, nunca es fácil”, manifestó con orgullo.

De este modo, Gabi es el primer líder del Campeonato de España 2025. Y ahí quiere mantenerse hasta noviembre. “El objetivo es ser campeón”, subraya sin ningún tipo de doblez. La ambición nunca ha ido reñida con su juventud. Y junto a su primer título estatal, Marcelli quiere inaugurar su casillero de victorias en el Mundial. “Quiero ganar mi primer carrera. La general, estando ahí Toni, es todavía complicada. Pero quiero lograr mi primera victoria”, ambiciona.

Esta inyección de confianza no viene solo de ganar en Abrera. Unas semanas antes, el piloto de O Baixo Miño renovó por tres años con Repsol Honda, que es lo mismo que decir el mejor equipo del mundo. “Al menos en trial, no es normal”, reconoce. “Lo normal es un año o dos si confían mucho en ti. Pero tres… Además, el de Toni también es hasta 2027, así que eso demuestra que están contentos con el equipo que hacemos”, explica. “Obviamente, estoy súper agradecido. Es un extra de confianza que da gusto. No tienes que pasar por eso de ‘me tengo que buscar la vida’ a medida que se acerca el final de temporada porque ves que realmente tienen ganas de que sigas en el equipo trabajando a futuro”, añade un Marcelli ilusionado por lo que viene.

Lo que sigue inmediatamente es la siguiente prueba del X-Trial -Mundial indoor-. Será este fin de semana en el Palau Sant Jordi de Barcelona. Por el momento, las cosas no han terminado de salir bien. “El reglamento no es muy justo”, explica Gabi, que ve los resultados “más aleatorios” que al aire libre. “Al haber más zonas, cada piloto va a su sitio”, explica sobre la cita reina, que empieza en abril y de la que es vigente subcampeón.

“Hay quien se va a Punta Cana de vacaciones; yo me voy a mi casa”

Gabriel Marcelli dejó O Rosal en enero de 2017. Hace ocho años que vive en el área de Barcelona para cumplir su sueño de ser piloto profesional de Trial. Por el camino se proclamó campeón del mundo de Trial2, dio el salto al mejor equipo del planeta, con el que acaba de renovar hasta 2027, y fue segundo en el Mundial. Pero aunque se haya ido de O Baixo Miño, O Baixo Miño no se va de él. “Claro que echas de menos. Aquí me tratan muy bien y estoy muy cómodo, pero estar en casa es estar en casa”, reconoce el piloto de Honda, que tiene en el verano unas semanas marcadas en rojo. “Hay quien se va a Punta Cana. Pues yo me voy a mi casa. Ésas son mis vacaciones. Estar con la familia, los amigos, desconectar. Prefiero eso a irme por ahí a otro país”, enfatiza Marcelli. “Estar esos días en O Rosal es muy importante para mí. Además, me hace volver aquí y trabajar más fuerte”, concluye, con la morriña brotando bien fuerte al otro lado del teléfono.

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