Los fichajes cumplen las expectativas y las deficiencias

Dos de las incorporaciones del presente verano del Celta salieron ayer en el equipo titular ante el Oviedo, el cordobés Miguel Baeza y el peruano Renato Tapia. Ambos dejaron detalles para la esperanza y, también, tanto en lo bueno como en lo malo, mostraron bastantes características que se le presuponían.

Tapia tardó diez minutos en dejar patente sus claras condiciones de pivote defensivo. En las primeras acciones llegó con contundencia al cruce. En alguna ocasión lo hizo a tiempo y en alguna que otra un poco tarde para impactar con la pierna del rival. El andino no es un jugador que circule por el campo con miramientos. Con el paso de los minutos, el jugador se consolidó en esa posición por delante de ambos centrales y, en muchas ocasiones, se metía entre ellos. Lo hacía en fase defensiva para defender balones laterales y, sobre todo, en el inicio de la jugada para realizar salida de tres futbolistas desde la defensa. Con esta fórmula sacó mejor el esférico el Celta, si bien, Tapia no siempre se mostró especialmente claro. Ni en el pase, ni en otros detalles técnicos, que pueden ser su difícil. El peruano es un pivote clásico, de posición, fortaleza y también despliegue físico. Quedará por verlo cuando el rival lo exija más y también queda la interrogante de descubrir si su capacidad técnica individual es suficiente para el Celta y la Primera División.

En lo referente a Miguel Baeza, el joven andaluz, de 20 años, dejó patente su calidad y también su edad. Apareció en algunas ocasiones con criterio y detalles técnicos de control y pase, pero resultó intermitente. En el inicio del enfrentamiento apenas entró en juego y, después, en la banda tras intercambiar el puesto con Emre Mor, tampoco lo hizo. En el apartado de carencias, también quedó claro que la velocidad de ejecución y el ritmo no es el adecuado para Primera División. Un aspecto que se esperaba porque procede, directamente, de Segunda División B y, con el tiempo, debe adquirirlo. Es pretemporada y está a tiempo.

Eso sí, Baeza también dejó detalles para el optimismo como la mencionada capacidad técnica, la facilidad para el regate, el disparo y la facilidad para incorporarse. De hecho, apareció en varias ocasiones con intención en el área del Oviedo e incluso dispuso de una gran ocasión tras un robo, pero el disparo salió rozando el larguero.

Vadillo fue el futbolista con menos minutos de las nuevas incorporaciones del Celta. Saltó al campo en el minuto 60 con la segunda unidad del conjunto olívico y tuvo poca incidencia en el encuentro. Sí se mostró con cierta velocidad, aunque también con algunos problemas a la hora de realizar los repliegues defensivos, aunque no por falta de voluntad. En ataque dispuso de una transición a campo abierto, que finalizó mal y después otra acción en ataque posicional en la que combinó bien y apareció hacia el centro, pero resolvió mal. En todo caso, la incoporación con menos opción de brillar.n