Erik Noya, plata en la Copa del Mundo de Briançon

Escalada | Copa del Mundo

El escalador guardés igualó su mejor resultado en una Copa del Mundo al subirse al segundo peldaño del podio en Briançon tras ceder en la final ante el italiano Fossali

Publicado: 18 jul 2024 - 09:38 Actualizado: 18 jul 2024 - 09:38

El deportista miñoto, a la izquierda, sonríe en el podio tras volver a ofrecer un gran rendimiento.
El deportista miñoto, a la izquierda, sonríe en el podio tras volver a ofrecer un gran rendimiento.

Erik Noya está en el mejor momento de su vida deportiva. Y, aún así, la suerte parece empeñada en esquivarlo. Hace unas semanas, se quedó a las puertas de unos Juegos Olímpicos; hace unos días, en el umbral de una final de Copa del Mundo, en Chamonix; y ayer, al borde de una medalla de oro en una competición del mismo nivel, en este caso en la que celebró la localidad francesa de Briançon. No le importa. Él sonríe, felicita al rival y se felicita a sí mismo. Porque su alegría le hace disfrutar de lo que consiga, aunque merezca más, y no le impide seguir peleando por lo que vendrá. Como siempre, a toda velocidad.

En la pared gala, el guardés no volvió a batir ese récord de España que pulveriza una y otra vez las últimas semanas. El pasado fin de semana lo dejó en 5.01 en Chamonix, donde fue bronce. Esta vez cabalgó seguro, por debajo de 5.10 tres veces. Pero no fue suficiente. Y eso que en la final se medía al italiano Ludovico Fossali, que alcanzaba la pelea por el oro con una marca personal de 5.11. El escalador miñoto dio lo mejor de sí mismo y eso obligó al transalpino a hacer lo propio. Como resultado, el deportista de azul paró el crono en un estratosférico 4.97. El 5.06 de Noya, realmente bueno, no le alcanzó para tocar el cielo de una Copa del Mundo.

Probablemente por eso, Erik descendió por la cuerda con una sonrisa y sin dejar de aplaudir a su rival, con el que se fundió en un abrazo una vez abajo. Una deportividad que amplifica su grandeza como deportista hacia lo que es como persona, probablemente lo más importante en la vida.

De esta forma y pese al sabor agridulce de la plata, el hispanovenezolano igualó su mejor registro en una Copa del Mundo: lo había conseguido en Chamonix hace dos años. En tiempos, desde luego, está ya muy por encima. Bajar de los 5 segundos es cuestión de tiempo.

Para alcanzar esa final, Noya derrotó a Jianguo Long en semifinales. El chino era el más rápido en la cita -de hecho hizo la mejor marca del evento con 4.93-, pero se enganchó ante la solidez del miñoto, que venía de superar en cuartos a otro chino, Liang Zhang, y en octavos al kazajo Rishat Khaibullin.

Con su plata en el podio, a Erik no se le borró la sonrisa. Es de ley. Pero ya llegará la dorada. Con trabajo y sin perder la alegría.

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