Eibar cabe en Balaídos

Los partidos de Ipurúa también se pueden ver desde fuera del estadio.

En España hay más de 250 municipios más poblados que Eibar, que tiene unos 27.000 habitantes, pero sólo 15 comparten un lugar en Primera División con el pueblo que da nombre al próximo rival del Celta. La localidad guipuzcoana es, con diferencia, la más pequeña de todas las representadas en la máxima categoría del fútbol español. Sólo Villarreal, que con 51.000 habitantes prácticamente dobla su población, se le acerca. La siguiente en la lista es Getafe, que con 173.000 vecinos es seis veces más grande que Eibar.

Todos los eibarreses podrían presenciar en directo el partido del sábado en Balaídos, cuyo aforo de aproximadamente 29.000 espectadores supera –por poco– el número de habitantes de este pequeño municipio vasco que el sábado pasado se convirtió en uno de los focos de atención del fútbol mundial al recibir la visita de un trasatlántico como el Real Madrid. Pocos podían imaginar un partido de tal magnitud en Ipurúa hace poco más de dos años, cuando Gaizka Garitano se hizo cargo del conjunto armero, encuadrado entonces en el Grupo II de Segunda B.

Aquel Eibar ni siquiera acabó primero la liga regular –concluyó segundo por detrás del Alavés–, pero subió a Segunda después de superar tres eliminatorias en la promoción de ascenso ante Alcoyano, Oviedo y Hospitalet.

De vuelta a la división de plata, en la que llegó a militar dieciocho años consecutivos entre 1988 y 2006, a la escuadra guipuzcoana le costó arrancar. En la novena jornada era décimo octava, a un puesto y dos puntos de la zona de descenso. Fue entonces cuando inició una inesperada remontada en la tabla clasificatoria que le llevó a acabar la primera vuelta en la tercera posición, a un solo punto del ascenso directo.

Pero fue en la segunda parte del campeonato cuando el Eibar explotó de manera definitiva. El equipo de Garitano sólo perdió dos partidos en toda la segunda vuelta, dos duelos consecutivos ante Zaragoza (1-0) y Tenerife (1-2), y no sólo subió sino que lo hizo como campeón de Segunda tras superar al Deportivo en un emocionante mano a mano final.

El milagro tornó en realidad el 25 de mayo, en la antepenúltima jornada del campeonato, cuando el Eibar certificó su ascenso matemático con una victoria sobre el Alavés (1-0) con un gol de Jota Peleteiro. El talentoso centrocampista de A Pobra do Caramiñal, que defendió la zamarra armera cedido por el Celta y ahora milita en el Brentford de la segunda categoría inglesa, fue uno de los héroes del ascenso y el máximo goleador el curso pasado del equipo vasco, con el que disputó 35 partidos y marcó 11 goles.

El ascenso a Primera se produjo con un presupuesto minúsculo (3,5 millones de euros) y el mismo bloque de jugadores que un año antes había subido a Segunda, muchos de los cuales continúan aún hoy en un equipo cuyo histórico ascenso estuvo en peligro por la obligada ampliación de capital que tuvo que llevar a cabo la entidad para cumplir con la ley de sociedades anónimas deportivas y seguir compitiendo en una categoría profesional.

Superado el trámite, el Eibar es hoy el orgullo de una ciudad minúscula en comparación con urbes como por ejemplo madrid, que con sus 3,2 millones de habitantes está 118 veces más poblada que el municipio guipuzcoano. La capital, que aporta tres equipos a la Liga (Real Madrid, Atlético y Rayo) es también la más habitada por delante de Barcelona, Valencia, Sevilla y Málaga, todas con al menos medio millón de vecinos.

Por detrás se encuentran Bilbao, Córdoba y Vigo, la octava ciudad más grande de las dieciséis que están representadas en Primera. A Coruña es la novena.

Ciudades de primera

Madrid 3,2 millones

Barcelona 1,6 millones

Valencia 790.000

Sevilla 700.000

Málaga 568.000

Bilbao 356.000

Córdoba 328.000

Vigo 297.000

A Coruña 245.000

Granada 237.000

Elche 230.000