Doble podio cangués

La tercera jornada del Campeonato del Mundo de piragüismo sprint, que se disputa en Milán, dejó un doble podio para la representación del área de Vigo y, concretamente, para la localidad de Cangas, que se llevó la medalla de plata de Pablo Graña en C1 200 y el bronce de Rodrigo Germade con el K4 500 masculino.

En la final del C1 200 metros, Pablo Graña (RCN Rodeira) rozó el oro mundial en una regata que se resolvió por una diferencia mínima. El cangués, que venía de proclamarse campeón de Europa en Racice hace apenas un mes, registró 38.66 y se quedó a sólo 0.03 segundos del vencedor, el uzbeko Artur Guliev (38.63). El podio lo completó el ruso Sergey Svinarev con 38.82, a 0.19 de Graña. La plata confirma al palista morracense como uno de los grandes velocistas del panorama internacional después del oro europeo de Racice 2025. “Me proclamo subcampeón del mundo con un poco de rabia por no haber conseguido ese oro, pero a la vez muy contento. La regata fue un poco larga. Y parece mentira que siendo doscientos metros diga esto, pero esos últimos instantes siempre cuestan un poco y esta vez no fui capaz de aguantar y quedé segundo”, explicó Graña tras la final de C1 200.

Por su parte, Rodrigo Germade se colgó el bronce con un K4 500 completado por el también gallego Carlos Arévalo, Adrián del Río y Álex Graneri. El bote español terminó tercero en una final muy igualada en las primeras posiciones. En la lucha por el oro, Portugal se proclamó campeona del mundo con un tiempo de 1:18.93, apenas cinco centésimas más rápida que Hungría (1:18.98), que se llevó la plata. España completó el podio con un registro de 1:19.33, a solo 0.40 segundos de los lusos y con escasa diferencia sobre los húngaros. El equipo español arrancó con fuerza y pasó en primera posición los 250 metros (38.50), pero en el último tramo cedió dos puestos.

Este bronce llega en un contexto de renovación porque, tras el quinto puesto en el Europeo de Racice, Marcus Cooper decidió dejar la embarcación, lo que abrió la puerta a la entrada de Rodrigo Germade. “Nos vamos con un sabor un poquito agridulce porque esperábamos un poco más, pero hay un nivel altísimo”, destacó el palista cangués, que añadió que “creo que hemos competido a nuestro mejor nivel hoy y se nota que queda mucho trabajo por hacer. El punto de partida es bastante bueno y hemos conseguido sacar una mericidísima medalla de bronce que, ahora mismo, es como un oro”.

El resultado más destacado del equipo español ayer lo aportó el K4 500 femenino, campeón del mundo con tres palistas de clubes gallegos: Lucía Val, Estefanía Fernández y Sara Ouzande.