Desconectar a un Barça menor

Once tipo, once improvisado

Escribá alineó ante el Barcelona al que se ha convertido en su once tipo desde la lesión de Brais, con Boudebouz por la derecha, Cabral y Araujo en el centro de la zaga y Iago Aspas y Maxi Gómez como puntas del 4-4-2. Todo lo contrario que Valverde, que con su equipo en medio de una eliminatoria de semifinales de la Liga de Campeones, optó por dar minutos a los menos habituales y a jugadores del filial como Riqui Puig. Solamente Arthur y Dembélé, que se lesionó a los cuatro minutos, resultaban familiares en el once azulgrana.

Monólogo azulgrana

Los primeros veinte minutos del encuentro fueron un monólogo azulgrana, que con un centro del campo formado por Arthur, Riqui Puig y Aleñá se adueñó de la pelota y tuvo al Celta persiguiendo sombras durante mucho tiempo. Por suerte, la facilidad del Barça para tocar no se vio acompañada de verticalidad, sobre todo a partir de la lesión de Dembélé, y el equipo vigués apenas sufrió en defensa.

Reacción celeste

De hecho, el primer disparo a puerta del partido no llegó hasta el minuto 27 y fue obra del céltico Okay, que remató flojo y a las manos de Cillessen desde la frontal del área. Fue el inicio de un nuevo partido en el que el Celta consiguió cortar las líneas pase del Barcelona, empezó a recuperar balones y se acercó con cierto peligro al área rival. A la media hora, Maxi no llegó por muy poco a un buen centro de Aspas desde la derecha y en el 41 y en el 42, Boudebouz y Araujo no lograron marcar con sendos remates. En el otro área, Rubén sacó un buen disparo de Wagué.

Desconexión culé

En la segunda parte, el Celta anuló totalmente el centro del campo azulgrana con una presión que empezaba en los delanteros y terminaba en la defensa. Metido en su campo, el equipo celeste obligó al Barcelona a crear el juego con sus zagueros y a partir de ahí resultó mucho más sencillo recuperar. La sustitución de Arthur por Arturo Vidal dejó todavía más huérfano de creatividad al conjunto visitante, que empezó a perder balones.

Capacidad de remate

El Barça no remató una sola vez a puerta en toda la segunda mitad, mientras que el Celta pudo adelantarse ya en el minuto 52, con el gol anulado a Araujo, y se mostró en general más amenazante que su rival en ataque. En el minuto 66, Maxi Gómez remató con calidad un centro de Boudezouz y abrió el marcador para los celestes. Rubén apenas pasó apuros en el tímido intento de reacción del Barcelona y Iago Aspas sentenció en el tramo final desde el punto de penalti.