El Coruxo sigue dentro de la caja de Pandora

Cuenta el mito que el titán Prometeo traicionó a Zeus y entregó el fuego sagrado a la humanidad. Para vengarse en plato frío, el padre de los dioses ordenó a Hefesto que fabricase la primera mujer. Así, inspirándose en Hera, Afrodita, Atenea y Deméter creó a Pandora, la criatura humana más hermosa que jamás había pisado la tierra. Se la entregaron en matrimonio a Epimeteo, hermano de Prometeo, y su regalo de bodas fue una mal llamada caja, que en realidad era un ánfora, con la instrucción de no abrirla jamás. Pasase lo que pasase. Pero la curiosidad fue mayor y al levantar la tapa, escaparon todos los males. Para cuando volvió a cerrarla, solo quedaba dentro la esperanza, el único bien que Zeus metió en el pack o, según otras versiones, el peor de todos los males porque solo hace prolongar el padecimiento de las personas. Sea como fuere, desde entonces se dice que es lo último que se pierde y el arma principal para hacer frente a las adversidades. Su color es el verde, el mismo que el de la camiseta de un Coruxo, que ayer confirmó que se queda en Segunda Federación. Que se queda en la caja de Pandora.

Y hasta aquí la épica. Porque, más allá de la literatura y de la mitología, la consecución de la permanencia tuvo muy poca historia. Porque es verdad que, muchas veces, nada es lo que parece. Pero muchas otras más acontece que cuando algo tiene plumas, tiene cresta, tiene pico y cacarea, en la inmensa mayoría de las ocasiones resulta que es una gallina. Y al equipo vigués le bastaba con un punto en el campo de un descendido y llegaba al partido pleno de confianza tras cinco partidos consecutivos sin perder. Por eso, y a pesar de las bajas de Andriu, Willy Ibáñez y Nacho Fariña, el asunto se presentaba, como mínimo, accesible. Pasó a nivel de sencillo a los diez minutos, cuando Serrano culminó una buena transición con un remate impecable tras un giro sobre sí mismo. A saber dónde habría acabado el equipo verde con este futbolista sano en sus cinco meses de lesión.

Así las cosas, el color esperanza terminó de extenderse poco después, con un testarazo impecable de Pereiro a la salida de un córner. Tomando el testigo de Andriu. Ese 0-2 tuvo una reacción positiva similar al de un orfidal, pero sin sus odiosos efectos secundarios. Dentro del terreno de juego y también fuera, con el medio centenar de aficionados que acompañaron al equipo al templo del jamón. El Coruxo manejaba con extraordinaria calma todo lo que sucedía en el césped artificial charro, camino de la permanencia. Y, cuando era necesario, también aceleraba. Así, Fer Martínez estrelló contra el larguero un derechazo tras una magnífica acción de Johan.

Como es lógico, el ritmo del partido se desplomó en la segunda mitad. El Guijuelo no tenía nada que rascar y el Coruxo estaba completamente rascado. Solo restaba dejar correr los minutos, templar los nervios con los cambios y jugar con la máxima seguridad para no cometer errores. Los locales tuvieron algún acercamiento peligroso a balón parado. Poco más. El pacto de no agresión era un hecho y solo quedaba que el colegiado lo confirmase. Pandora volvió a cerrar a tiempo su ánfora. La esperanza sigue dentro de la caja. El Coruxo sigue dentro de la Segunda Federación.

Javi Fernández Pereira: “Es un reto conseguido y una satisfacción personal”

El técnico del Coruxo estaba feliz tras la consecución de la salvación. Sin una euforia desmedida porque su personalidad tranquila no va con eso, pero sí con una sensación de deber cumplido importante tras hacerse cargo del equipo verde a falta de ocho jornadas para el final dejando su puesto como técnico del Atios, en Preferente. “Estos dos meses fueron un reto pero ya podemos decir que lo hemos conseguido. Siento mucha satisfacción personal”, reconocía el entrenador del conjunto verde, aún en Guijuelo tras la cristalización de la permanencia de su equipo.

“Fue difícil de conseguir”, subraya el entrenador vigués, que dio mucho valor al logro por el nivel de los rivales en estos dos últimos meses. “Los de abajo apretaron mucho”, comentó el técnico de un Coruxo que acabó la Liga con seis jornadas consecutivas invicto. “El equipo acabó muy bien y volvió a demostrarlo porque el Guijuelo no nos lo puso nada fácil”, concluyó.

El Compostela baja y provoca un arrastre en Tercera

Aquel clásico de la jornada de transistores volvió a vivirse ayer, pero con las aplicaciones de resultados como protagonistas de estos tiempos. Había cierta variabilidad de opciones en la parte baja. Pero, finalmente, sucedió todo lo que se podía prever a priori. Los goles se fueron dando para cambiar los resultados pero no la clasificación. El Compostela consumó su descenso a Tercera Federación tras empatar con el Valladolid Promesas (1-1). Un final funesto para el conjunto de la capital de Galicia, que provoca, de momento, un descenso más en Tercera para complicarle la vida al Valladares.

Los acontecimientos se desataron pronto. El cuadro compostelano encajó en el minuto 15. Roque, en propia puerta, ponía la cosa difícil. Más aún cuando el Escobedo se adelantaba en el 17 para golear al Llanera (4-0) y asegurar el play-out.

Por arriba, el Fabril también cumplió con su papel. Ganó a la Gimnástica de Torrelavega (3-0) y se aprovechó de la derrota del Ávila en Pontevedra (3-2) para adjudicarse el cuarto puesto.

De este modo, el cuadro granate asciende directo; Numancia, Avilés, Fabril y Ávila jugarán play-off; el Escobedo peleará por la permanencia en el play-out; y Compostela, Llanera, Guijuelo y Laredo pierden la categoría.