El Carballal sigue con su exilio forzoso de los sénior en Candeán

La Asociación Deportiva Carballal Balonmán vive en un exilio obligado desde la pasada temporada, con escasos paréntesis. La razón es que el pabellón de Loureiro, su epicentro vital en el día a día de sus muchos equipos de cantera y de sus conjuntos sénior de categoría nacional -ellos, en Primera; ellas, en División de Honor Plata-, no reúne las condiciones necesarias, según los técnicos del Concello, para poder contar con público, aunque sea en número reducido. La instalación municipal, opinan en Praza do Rei, necesita de una profunda reforma que no da llegado. Así que desde el club se ha optado por ese exilio para sus conjuntos de cabecera, desplazándose habitualmente al pabellón de Candéan. Mañana mismo los dos disputarán allí sus encuentros ligueros.

La situación genera un malestar obvio en la entidad. Se entendió la medida como de urgencia, pero los meses pasan y la reforma del pabellón de Loureiro no llega. Además, existe un perjuicio meramente deportivo al perder la lógica ventaja de jugar donde se entrena. Porque la actividad habitual de entrenamientos se sigue realizando en el pabellón propio, pero la mudanza se da semana tras semana para, al menos, poder contar con 35 personas de público. Si no, en el recinto propio sólo podrían entrar jugadoras, técnicos y tres directivos por cada uno de los dos equipos, además de los árbitros.

Mañana, por ejemplo, el Carballal desplazará hasta Candeán, además de a sus aficionados, a los dos equipos sénior. A las 17:15, el bloque de Primera Nacional masculina recibirá al OAR Coruña. Y casi tres horas más tarde (20:00), serán las jugadoras de División de Honor Plata las que hagan lo propio con el Salud Tenerife canario. La pasada temporada, los dos equipos asumieron también este exilio, primero en As Travesas y después en Candeán, salvo escasas excepciones a final de curso.