Un campeón de Asia con pasado céltico en A Madroa

El pasado 1 de febrero, Qatar demostraba al mundo que su apuesta por acoger el Mundial de 2022 le ha hecho trabajar en serio con sus selecciones al hacerse con un histórico primer título de la Copa de Asia al derrotar a Japón en la final por 3-1. No sería más que una noticia relevadora de la geopolítica deportiva si no fuese porque en las filas de la selección qatarí y con un papel importante se encuentra un futbolista que realizó parte de su formación en A Madroa y que llegó a vestir la camiseta del Celta: Bassan Hisham Al-Rawi,

Se trata de un joven futbolista de 21 años nacido en Bagdad, capital de Irak, en 1997 pero de nacionalidad qatarí, hijo del exfutbolista internacional iraquí Hisham Ali Al-Rawi. En la temporada 2015/2016, cuando estaba a punto de cumplir 18 años, llegó a Vigo de la mano del convenio que por entonces tenía el Celta con la poderosa Academia Espire, con sede en Doha y controlada por los grandes clubes del país que las utilizan como un centro de tecnificación. En este caso, Bassan pertenecía al Al Rayyan y vino a pasar unos meses –media temporada– en A Madroa para seguir con su formación.

No fue él el único jugador de la academia que aterrizó en el club celeste esa campaña. Pero sí fue el único que cumplió la mayoría de edad estando aquí–16 de diciembre–, lo que permitió que pudiese llegar a debutar con el equipo juvenil de División de Honor. Tal circunstancia se produjo el 6 de marzo de 2016 en un partido contra El Llano en A Madroa, saliendo en el minuto 63. De ahí a final de campaña, jugó tres encuentros más con el equipo entrenado por David de Dios, todos ellos como titular y como lateral derecho.

En aquel equipo, compartió sudores con el hoy jugador del primer equipo celeste Brais Méndez. "Era muy rápido y potente, tenía un gran salto y un muy buen golpe de balón", rememora Carlos Hugo García Bayón, responsable de la cantera entonces y ahora. "Nosotros lo utilizábamos como lateral porque no destacaba por su altura. Defensivamente era muy bueno", reseña.

Fuera del campo, Bassan se ganó el cariño con un carácter abierto y cercano. "Era un chico muy majo. Y recuerdo que se adaptó perfectamente a Vigo, le gustaba la ciudad. Aunque sólo estuvo aquí media temporada, seguro que le sirvió para mejorar", apunta Bayón. Y desvela un último factor: "Entrenó con varios equipos, fundamentalmente con el juvenil A. Pero también lo hizo con el B y recuerdo que en algún momento puntual, con el primer equipo. Era la época de Toto Berizzo y le gustó porque era y es un futbolista muy fuerte en el uno contra uno".

Al acabar la temporada, no especialmente feliz para el equipo juvenil, ya no hubo opción de que el joven promesa, ya por entonces internacional con Qatar en categorías inferiores, prolongase su estancia en el Celta. Pero sí siguió en Europa, ya que se fue a jugar una campaña al KAS Eupen Res belga. Y al siguiente verano, dejó el Al Rayyan para fichar por su actual equipo, el Al Duhail. En ese primer año, ganó tres títulos.

Mientras, seguía siendo pieza básica en el proyecto de selección de Qatar. En 2018, con el combinado sub-23, fue tercero en la Copa Asia. Y el pasado mes de enero, desde el centro de la defensa, comandó a un campeón forjado en el banquillo por un técnico español, el ex de la cantera del Barça Félix Sánchez.

Durante el torneo, además de su calidad dentro del campo, Bassan demostró un gran saber estar. Porque el calendario lo puso a prueba, al enfrentarse en cuartos de final con su país de origen, Irak. Y no sólo jugó, sino que marcó el gol del triunfo de falta directa, uno de los dos que consiguió durante la Copa de Asia. Ahora, Qatar irá de invitada a la próxima Copa América. Allí puede volver a brillar.n