Al calor del recuerdo a Alfonso Posada en Vigo

El termómetro rondaba los 30 grados, pero el calor del recuerdo por Alfonso Posada era muy superior al del mercurio. Porque el dirigente del Celta, fallecido el año pasado, inspiró tanto cariño en sus décadas entregadas al atletismo que, lo menos que pueden hacer las generaciones que se aprovechan de su legado es honrarle haciendo lo que él más amaba. Así, las pistas de Balaídos se poblaron ayer con más de un centenar de deportistas. No solo del club celeste, el suyo, sino de todas partes de Galicia y vigueses ilustres que ahora se emplean en otras latitudes.

Es el caso de Irene Gómez y Olaia Becerril. Ambas ganaron con una notable suficiencia el martillo y la longitud, respectivamente, con sendas marcas de 54.61 y 6.09. También de Jacobo Soler, que se impuso con autoridad en la final del 400 (47.95) y Eric Méndez, que ganó en martillo (63.70) al céltico Yago Araújo (57.79).

El equipo anfitrión también tuvo victorias que celebrar con sus deportistas actuales. Javi García ‘Chichu’, por ejemplo, levantó los brazos en los 100 (10.49) y Andrea Pais lo hizo en el 200 (25.30). Lisa Vosberg, por su parte, se adjudicó la pértiga (3.20). En la longitud, Raúl Cortizo (7.33) y Sergio Coello (7.26) firmaron un doblete celeste, que se repitió en el 3.000, aunque en este caso con segundo y tercer puesto para Pedro Vázquez (8:15.29) y Hugo García (8:18.16). Carlos Porto se impuso (8:06.67).