La caída de la colmena y el pesar de la abeja reina

Dicen que después de la tormenta siempre llega la calma. Es difícil medir cuan tormentoso ha sido el descenso del Rápido de Bouzas, que tras perder en el Baltasar Pujales contra el Castilla el pasado domingo (0-3), cristalizó su regreso a Tercera División dos años después del primer ascenso a Segunda B de su centenaria historia. Una caída masticada, seguramente esperada, pero nunca aceptada. El equipo aurinegro peleó hasta la extenuación en una fantástica segunda vuelta. Pero, en ocasiones -la mayoría de las veces, de hecho- las historias heroicas de recuperaciones épicas son eso: historias. Sumar un punto en las primeras ocho jornadas de Liga ha sido una losa muy pesada. Demasiado. Una que ha tirado a la colmena de la rama de bronce del árbol del fútbol español.

"Esos primeros ocho partidos han sido un lastre muy grande para el resto de la temporada". Así inicia su discurso Sergio Cotilla (Vigo, 1992). El capitán del Rápido lleva toda su vida deportiva en el club. Ha vivido todo tipo de etapas y ha saboreado amargura y dulzor. Seguramente por eso y porque la situación ha sido límite todo el año, apenas quedan trazas de tristeza en su voz. "Se dio lo que cabía esperar", apunta resignado.

Pero esa resignación se vuelve orgullo rápidamente. Lo que tarda Coti en poner en valor la reacción de su equipo. "Hicimos una segunda vuelta muy buena, incluso mejor de lo que esperábamos", destaca la abeja reina, que no tiene dudas del "enorme mérito" que tiene para la colmena haber estado en la Segunda B durante dos años.

En esa singladura por la categoría de bronce, Cotilla ha sido el único, junto a Diego Diz y Carlos Pereira, que la han hecho completa desde que ascendieran hace dos años. De aquella gesta también sobrevive Youssef, que se fue a Burgos para después regresar. Tres años, dos de ensueño y el último de pesadilla. Pero seguro inolvidables. "El año del ascenso, todo lo que podía salir bien, salió bien", inicia Coti. "La primera temporada en Segunda B con Borja (Jiménez) fue una continuación de esa misma inercia. Todo se dio bien y quedamos a un punto de jugar el play-off", rememora el capitán rapidista, que asegura que este curso lo iniciaron "con la misma ilusión" pero, a diferencia de los anteriores, "todo se torció desde el principio".

Pasada esta etapa, toca pensar en la siguiente. Y en Bouzas trabajan desde ya para que se pueda repetir lo antes posible: "No es fácil saber hacia dónde hay que dirigirse. Pero en esas cosas, el presidente es inteligente y seguro que va a armar un proyecto interesante para tratar de regresar". Desde ya, las abejas aletean para conseguirlo.

Recuerdos de bronce

nnn Si Sergio Cotilla encaja en una definición tópica de esas que abundan en el mundo del fútbol es en la de "hombre de club". El capitán del Rápido lleva una década en el club de su vida y no piensa cerrar una etapa. "Tiene que venir algo muchísimo mejor para que yo decida salir. El Rápido siempre va a tener mi sí", expresa.

Pero antes de pensar en el futuro inmediato, hay tiempo para rememorar el pasado reciente. Dos años en Segunda B, que ya son los mejores de la historia del club de Bouzas. "Lo que voy a recordar siempre es el año del ascenso con Patxi Salinas con ese último partido en Peralada y mi debut contra el Guijuelo con Borja Jiménez", destaca el capitán. Pero los recuerdos incrustados no solo son buenos. Los malos, sobre todo cuando son recientes, siguen martilleando la cabeza. "Recordaré siempre el partido contra el Castilla, que fue el partido que nos devolvió a la realidad", concluye con tristeza la abeja reina del panal. Pero el tiempo mitiga lo negativo. Y desde ya, el Rápido y su capitán pueden -y lo harán- volver a soñar otra vez. n