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Un campo de fútbol puede medir de largo entre 90 y 120 metros. Pongamos que lo estándar serán unos 100. Una distancia a priori corta, salvo si cuentas con varios rivales por delante, imposible de recorrer en solitario con el balón salvo para elegidos como Maradona o Messi. El domingo, en el Estadio Municipal de O Morrazo, existió un lazo de sangre entre portería y portería. Una conexión sanguínea forjada desde el cariño, la admiración y el aprendizaje. Tras años de piques, esfuerzo y muchas horas entre los palos, los hermanos Brais y Kevin Pereiro Troncoso ocuparon ambas porterías en el Alondras-Valladares, encuentro de la jornada 18 de la Tercera Federación. El primero, ya experimentado de 33 años, decidió dar un paso atrás en su carrera y recalar en el equipo morracense, tras acumular más de 200 partidos en la extinta Segunda División B. El segundo, más pequeño con solo 23 años, vive su segunda temporada en la categoría, tras su fichaje desde el Juvenil de Ponteareas al equipo vigués. Un partido especial para ambos, que se llevó el Valladares por 2-3 tras remontar los dos tantos iniciales de los locales y anotar el gol definitivo en el descuento. David venció a Goliath. Kevin derrotó a Brais.
“Nunca nos habíamos enfrentado en el campo y es una sensación única. Poder enfrentarte a tu hermano pequeño, que además comparte posición contigo, es una gran alegría”, aseguró Brais. Kevin, lesionado durante toda la temporada, forzó para el choque e, incluso, pidió estar en el once inicial para poder demostrar a su hermano mayor sus cualidades: “Al final del curso pasado, tuve un dedo de la mano mal y pasé por el quirófano. Eso me dio mucha guerra durante esta temporada y todavía no había debutado.También porque Toni lo estaba haciendo muy bien en la portería. Me dolía, pero le pedí al entrenador Ita que me pusiese a jugar porque para mí era muy especial y él notó esa ilusión. Se arriesgó y le salió bien”. Acudieron juntos al partido, en el mismo coche, y hasta cenaron juntos después, compartiendo sensaciones y brindando por más partidos así, aunque Brais estaba “algo enfadado. Era normal porque el Alondras tiene un equipazo y tuvimos la suerte de ganarle en los dos partidos de liga”.
El mayor de los hermanos tuteló siempre al pequeño. Incluso con mano dura y exigencia. Así es como se forjan los grandes guardametas. “Desde pequeño, siempre le intenté dar mis consejos y transmitirle esa experiencia que tenía para que pudiese progresar y llegar lo más lejos posible”, dijo Brais. Unas indicaciones que ayudaron a Kevin a crecer, a veces más rápido de lo habitual: “Él fue mi entrenador, siempre lo digo. Iba a sus partidos y veía todo lo que hacía. Recuerdo con 14 años que Brais entrenaba a equipos en categorías más altas y me llevaba con él. Además, me metía mucha caña". Pese a ello, igualar o tan siquiera acercarse a la figura de su hermano mayor es, de momento, impensable. “Es otro nivel. Él a mi edad ya estaba peleando por la titularidad en Segunda B y estuvo cerca de pelear por un ascenso al fútbol profesional”, admitió Kevin, que encontró su tope en la Tercera Federación, categoría en la que disputa su segunda emporada tras su paso por el Choco.
Para Brais y Kevin, la familia lo es todo. Brais considera que los años de esfuerzo y dedicación de sus padres por llevarlo a entrenamientos es algo que “han visto que vale la pena hacerlo y están orgullosos de los dos”. Un sentimiento que es recíproco entre hermanos: “Que siga mejorando cada día. Desde que era pequeño, compartimos el amor por la portería y es un orgullo que haya llegado a Tercera”. Kevin, por su parte, aseguró que tener una figura familiar con sus mismas inquietudes deportivas hizo que “yo ya naciese con los guantes puestos. A diferencia de otros niños, yo siempre quise ser portero y lo soy gracias a Brais. Es mi motivación”.
Ahora, Kevin puede darse el lujo de buscar pique entre hermanos en las comidas familiares y “vacilarlo un poco, ahora tengo esa posibilidad”, aunque siempre estará alguien que lo ponga en su sitio: “La gente dice que el Pereiro bueno es él. Yo soy el aprendiz. Al final, él sigue a un nivel muy alto aunque haya bajado una categoría y yo soy muy joven y con mucho por mejorar”. No en vano, el hermano mayor lleva 13 temporadas consecutivas jugando en Tercera o categorías más elevadas y en su palmarés hay un encuentro de Copa ante el Rayo Vallecano de Primera, defendiendo la camiseta del Bergantiños en la temporada 2021/2022. El pequeño, canterano del Choco, pasó por la base de Porriño Industrial y del Rápido de Bouzas. Con el disputado, atesora 6 partidos en Tercera División (5 en el Choco y el del domingo) y todavía no conoce la derrota, con 4 victorias y 2 empates. Ni siquiera su hermano mayor pudo con él.
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