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"Me la encontré en Ourense. Iba con alguien y le dijo: ‘Espera, que me voy a sacar una foto con mi entrenador’. Lo de ‘mi entrenador’ me gustó", confiesa Carlos Adán sobre una instantánea que Ana Peleteiro se tomó con él y con su pareja Giomara. Sucedió en 2022, casi 20 años después de que el vigués conociese a la barbanzana, entonces con siete años, en Ribeira. “Ahí vi por primera a la ratilla”, recuerda al otro lado del teléfono, precisamente, desde la hermosa localidad coruñesa, de la que se quedó tan prendado que se compró un apartamento.
Allí, donde comenzó todo, vuelve Peleteiro. Entre 2003 y 2007, se enamoró del atletismo junto a Adán, que acababa de retirarse y daba sus primeros pasos como entrenador en la escuela de la localidad tras otra viguesa, María José Martínez Patiño. "Le valía cualquier cosa", recuerda. Carreras continuas, velocidad, saltos… Hasta cross. “Si se lo mandas ahora, igual se ríe de ti. Pero entonces disfrutaba”, destaca.
No obstante, las cualidades estaban ahí. Adán las percibió de inmediato y así se lo dijo a otro ilustre del atletismo vigués: "Recuerdo comentárselo a Óscar Fernández un día en Castrelos: 'Tengo una niña ahí que tiene unas condiciones innatas alucinantes. Como llegue a mayor, va a ser una diablilla", enfatiza Carlos, que subraya cómo trabajó talonamientos con ella en los veranos.
En esos primeros concursos ya aparecía el gen competitivo que le ha llevado a las altísimas cotas atléticas que ha alcanzado. “Si quedaba segunda, no estaba contenta”, apunta. “Había que decirle que estuviera tranquila, pero ese afán siempre lo tuvo”, añade Adán, que cree que si hubiera hecho velocidad “habría hecho grandes cosas” también. “Pero en el triple no le ha ido mal”, bromea.
Ahora, con unas cuantas medallas mediante, regresa a Ribeira. “Me la encontré hace un mes y la vi muy enfocada en lo suyo. Nos va a dar grandes alegrías”, augura Adán, desde donde todo empezó. Desde donde todo sigue.
Carlos Adán se sintió identificado con el movimiento de su expupila. “Llevaba con Julio Rodríguez desde el 86 y en el 2000 le dije que creía que no podía aprender mucho más con él, así que me fui a entrenar solo”, recuerda el vigués, que cree que Peleteiro pensó que “ha cumplido una etapa exitosa” a las órdenes de Pedroso. “Quedó bien con él y ahora va a probar una nueva experiencia, con una cosa muy a su favor: que la decisión es solo suya”, analiza.
El vigués desea que este regreso sirva para “atraer a más saltadores y hacer un grupo de alto rendimiento como el que había en Guadalajara” y augura que la cosa va a ir bien: “Su marido es campeón de Europa de triple, así que algo sabrá de esto”.
En cualquier caso, Adán considera que con 28 años, la carrera de Peleteiro ya es estratosférica. “Que le quiten lo bailado”, expresa el vigués, que la pone en un lugar muy alto: “Para mí es la mejor atleta femenina española de todos los tiempos”.
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