Aduriz condena al Celta

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Forzó un penalti y la expulsión de Cabral para remontar ante un Celta que empezó bien pero que cae a la sexta plaza

santi alonso. VIGO deportesad@atlantico.net

Publicado: 02 may 2016 - 10:44 Actualizado: 03 may 2016 - 10:49

El céltico Cabral, en el momento en que golpea la cabeza de Aduriz, en el suelo, por lo que fue expulsado.
El céltico Cabral, en el momento en que golpea la cabeza de Aduriz, en el suelo, por lo que fue expulsado.

Hasta que llegó Aduriz, San Mamés hasta se cohibía. Hasta que Cabral perdió la calma, hasta que cayó en la trampa, hasta que sobrepasó de forma ingenua el límite de la intensidad con balón a la pelea sin él. Aduriz se adueñó del escenario, con oficio y ardides poco estéticos pero efectivos. Nada nuevo. Los duelos entre el central céltico y el delantero bilbaíno se han repetido en los últimos años y ayer, antes de la expulsión del argentino, ya había vivido un par de capítulos. Que te toquen la cara en la supuesta pelea por el balón no es tarjeta, pero tocar con tu bota la cabeza del rival cuando éste está en el suelo y el balón está parado sí lo es. Y Cabral lo sabía y lo sabe. Cayó en la trampa y el partido cambió.

El Athletic ganó ayer por oficio, más que por juego. Las dos cosas son fútbol. Aduriz tal vez no sea un fino universitario, pero es un fruto pefecto de la formación profesional. Sabio por viejo, ladino por norma. Vio a su equipo en apuros y lo sacó de ellos. Él decidió el partido y aupó los suyos a la quinta plaza un punto por encima de los célticos cuando restan dos jornadas.

Antes de que Aduriz apareciese, el Celta completó 20 primeros minutos de espectáculo. Tal vez, los mejores de la temporada, con los de la victoria ante el Barcelona en Vigo por la entidad del rival, pero aumentados por el escenario, un San Mamés que recurrió al silencio como muestra de respeto y de impotencia ante la superioridad céltica. Porque el equipo vigués defendía con premura y explotaba los espacios que el Athletic dejaba en campo propio, en su intento infructuoso de apretar arriba. Sobre todo porque no olía el balón. En esta tesitura, el equipo vigués pudo marcar ya en el primer minuto, pero a Aspas le faltó capacidad de definir con la derecha. El juego era monopolio celeste y a los 13 minutos ese fútbol tuvo el justo premio del gol: combinación en el centro del campo entre Nolito y Marcelo Díaz y pase del chileno hacia el desmarque de su compatriota Fabián Orellana, que resolvió a trompicones pero con eficacia su mano a mano con un Iraizoz demasiado estático que no se atrevió a acercarse al céltico para reducirle los espacios.

Un miedo a salir que también afectó a Sergio 25 minutos después en el empate del Athletic. Para entonces, el dominio celeste había bajado y el conjunto bilbaíno ya se había dejado ver con acciones a balón parado a partir, sobre todo, de faltas en las que Estrada Fernández ya demostró fina sensibilidad para pitar los contactos de la que debieron tomar nota los vigueses. Todo fue manejable hasta que Beñat colgó un balón frontal sobre el área, Aduriz le ganó la espalda a Cabral y Sergio no se decidió a salir. El argentino tuvo que agarrar al ariete. Penalti, amarilla y gol de Aduriz. Y dos minutos después, la trampa de Aduriz, la ingenuidad de Cabral y el Celta con diez para toda la segunda parte.

Tocaba aguantar el empate, un resultado que con la clasificación en la mano no era malo. Mientras el Athletic se aprestaba a matar la presa herida, ésta trataba de guarecerse como podía, con Eduardo Berizzo ensayando diversas defensas con remiendos, teniendo en cuenta que no dispone de ningún central más. Primero, Wass al lateral y Mallo de central; ya en la segunda parte, Radoja de central

–sentando a Aspas y asumiendo que el juego de ataque era una utopía– y Mallo de vuelta al lateral, con Tucu de pivote en el centro del campo; y después –con Marcelo Díaz con problemas físicos–, Planas al lateral zurdo, Jonny al diestro, Mallo de central y Radoja de pivote. Apurar al máximo los recursos defensivos mientras Ernesto Valverde hacía lo propio con los ofensivos: Williams e Iturraspe por Muniain y Etxeita.

Todo fiado a que no llegase un gol que sí llegó. Williams tiró el desmarque y metió un centro al corazón del área, donde el oficio de Raúl García, rematando desde el suelo tras pujar con Sergi Gómez, hizo el resto.

Nada que perder

Sin nada más que perder y con el Athletic menos generoso en el despliegue físico, los últimos minutos fueron de posesión celeste, pero sin remate. Salió Guidetti –que tuvo una– por Wass para apurar las últimas opciones de sacar algo en claro de una visita a San Mamés que había empezado de forma tan luminosa y que apagó Aduriz. La quinta plaza se complica. Habrá que seguir sumando.

Athletic Club:

Iraizoz; De Marcos, Bóveda, Etxeita (Iturraspe. m.59), Balenziaga; San José, Beñat; Susaeta, Raúl García, Muniain (Williams, m.59); Aduriz (Viguera, m.86).

Celta:

Sergio Álvarez; Hugo Mallo, Gustavo Cabral, Sergi Gómez, Jonny Castro; Daniel Wass (Guidetti, m.81), Marcelo Díaz (Planas, m.68), Pablo "Tucu" Hernández; Fabián Orellana, Iago Aspas (Nemanja Radoja, m.53), Manuel Agudo "Nolito".

Goles:

0-1, m.13: Orellana; 1-1, m.37: Aduriz, de penalti; 2-1, m.72: Raúl García.

Árbitro:

Estrada Fernández (catalán). Expulsó por roja directa a Cabral (m.39) y al preparador físico celeste, Pablo Fernández (m.41). Además, mostró tarjeta amarilla al local Raúl García (m.45) y a los visitantes Marcelo Díaz (28), Cabral (37), Orellana (41), Nolito (81) y Tucu Hernández (89).

Incidencias:

Partido disputado en San Mamés ante unos 42.000 espectadores.

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