"Tenía que incorporar la ficción a los hechos reales para explicar lo que quería"
Marga Durá, autora de 'El prodigio de las migas de pan'
Marga Durá (Barcelona, 1971) habló para los lectores de Atlántico de su ópera prima en la literatura de ficción, “El prodigio de las migas de pan”, de la editorial Destino. Periodista y documentalista se estrenó en la novela con una trama vinculada a la pedagoga María Montessori, de la que dice “le llegó la revelación que desembocó en la creación de un método cuando en el psiquiátrico observó cómo los niños con discapacidad jugaban con las migas sin comérselas”.
¿Es esta una novela en homenaje a María Montessori?
En esta novela hay muchas cosas, pero la primera semilla tuvo que ver con el trabajo de Montessori. Creó un método que benefició a muchos niños, pero con el que no pudo ayudar a su hijo. Es una paradoja tan grande que se podría aplicar a muchos aspectos como las expectativas que se crean al ser madre. Me di cuenta que lo que para lo que quería era explicar necesitaba incorporar la ficción a los hechos reales, así me metí en la literatura.
Aborda el tema de los niños con discapacidad que hace algo más un siglo se trataba casi como un castigo divino. ¿Aún perduran parte de esos prejuicios?
La trama enlaza con temas que ya había tratado. Trabajé en un documental para una ONG de ayuda a los discapacitados en Nepal, donde el hinduismo los señala como consecuencia de un pecado, son niños que crecen sin atención. Algo tan monstruoso sigue pasando en gran parte del mundo. Al culpabilizar la discapacidad se les niega a estos niños a aprender. No está tan superado como creemos.
Sorprende el nulo papel social de la mujer en el siglo XIX. ¿Es importante mirar atrás y comprobar los avances?
A finales del XIX, comienzos del XX se produjo un cambio de paradigma, donde las mujeres se atreven a reivindicar un nuevo papel. En anteriores libros de no ficción analizó aspectos como las expectativas que se crean en torno a la maternidad y el rol de la mujer en todo ello, cómo las que no son madres se deben sentir menos, no desearlo no es lo políticamente correcto. Este libro es un vistazo al pasado cuando el melón no estaba abierto: el antes y el después. Se avanzó pero aún queda mucha lucha.
¿La mujer está condicionada por la maternidad?
Se habla poco del peso de la maternidad, de las dudas que generan. Hay que ser feliz siendo madre, pero ahora también trabajando y siendo más competente. Si no sigues este modelo eres la rarita. Se está evolucionando y generando un debate interno sobre lo que supone la maternidad para la mujer, pero es muy sutil.
¿Cree que la mayor responsabilidad de los hijos sigue recayendo principalmente en la madre antes que en el padre?
Es verdad que hay una presión cultural, muchas veces autoimpuesta y hereditaria de esa diferencia de rol, que se va superando. Cuando tuve a mi hijo, un comentario habitual era sobre cuánto me ayudaba mi marido, no es que ayude, es que asumía la misma responsabilidad. Ahora los hombres ya comienzan a reivindicar su paternidad.
¿”El prodigio de las migas de pan” es una novela feminista?
Se puede entender como feminista, pero también estoy enamorada de algunos de sus personajes masculinos, como el padre de Claudia o el contable Rossetti. Son personas con sueños que se encuentran encerrados en un rol y una época que les impone unas etiquetas concretas.
¿Qué legado ha quedado de María Montessori?
Me ha marcado huella como madre y como usuaria. En toda la educación infantil ha dejado un legado muy fuerte. Su método promueve la curiosidad y la experimentación, porque la diversión no está ausente del conocimiento. Contribuyó a crear ciudadanos libres, porque trató a los niños con libertad, no desde el sometimiento. Supuso una revolución en la educación que nos sigue beneficiando.
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