Ortuzar confrota el cromatismo animal al grafito prehistórico

Mónica Ortuzar es la actual artista invitada en el espacio SVT (Gran Vía, 129). Su propuesta “Horizonte presente” enfrenta dos series diferentes: la de los monos, realizada en 2006 y la actual, sobre fotografías del arte rupestre. Con técnicas, conceptos y acabados diferentes, su confrontación adquiere sentido con la interpretación del comisario, Ángel Cerviño: “Ambas series aluden, de muy diversa manera, a una inimaginable infancia de la humanidad, un pasado remoto e inaccesible sobre el que apenas podemos proyectar nuestras fantasías de adultos del tiempo presente”. Así, destaca la investigación que la artista hace sobre el pasado.

“Siempre trabajo con series muy largas en el tiempo”, reconoce Ortuzar, que señala que en los 14 años que separan ambas producción dedicó once a realizar autorretratos y tres a reproducir flores que muestra en distintos catálogos.

Los monos, acompañados por un único cuadro de hipopótamos, se presentan en composiciones al óleo llamativas, casi fauvistas. “Muestro la organización de los animales con una visión humanizada que tiende a ridiculizarnos”.

Intercalados se encuentran dibujos en blanco y negro hechos con grafito en A3. “Heredé de mi abuelo los tomos de la antigua enciclopedia Summa Artis y el VI está dedicado a la Prehistoria; me llamó la atención la autenticidad de las fotografías antiguas que muestran lo que en realidad hay, sin retoques ni preparaciones previas, decidí dibujarlas”.

La reducida galería se completa con el montaje del escaparte, donde un díptico en óleo combina con un comedor de diseño de Sirvent. “Uno de los objetivos de estas exposiciones es mostrar al espectador que el arte tiene cabida en casa”, sugiere el titular de la sala, Luis Sirvent. Una concepción con la que coincide Ortuzar, docente en la facultad de Belas Artes: “Las obras hacen compañía y enseñan cómo somos”.