Los colegios se replantean el modelo de enseñanza digital

La integración de la tecnología en la educación ha sido siempre objeto de debate. Desde el primer momento se cuestionaron sus beneficios y el tiempo parece haber dado la razón a aquellos que siempre fueron reacios. “Hay niños que no saben escribir”, asegura Sandra Rodríguez, profesora de sexto de primaria. Explica que este curso se ha visto obligada a mandarle a sus alumnos más deberes en papel, para tratar de solventar esa carencia formativa. “Les pido que hagan en la libreta ejercicios que ahora se pueden hacer de forma digital, porque considero que la situación es alarmante”, indica, a lo que añade una sentencia clara: “así no deberían pasar a la ESO”.

El gesto de esta profesora es valorado “muy positivamente” por los padres de sus alumnos que tienen clara su postura acerca del libro digital. Una encuesta realizada por la confederación de Anpas Galegas señala que siete de cada diez familias rechazan su uso en las aulas. Además, entre las conclusiones del informe presentado se recoge la opinión de que el programa E-Dixgal “non mellora a aprendizaxe do alumnado”, ni tampoco “o seu nivel de competencia dixital”.

“Hay niños que no saben escribir”, asegura Sandra Rodríguez, profesora de sexto de primaria

Este proyecto se presentó como una “evolución” de Abalar, con el que se empezaron a integrar las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en las aulas gallegas a partir del año 2010. Dentro del sector educativo son muchos los que consideran que “es exactamente lo mismo desde un inicio” y que por tanto “el proyecto no ha ido evolucionando a la vez que la propia tecnología”.

Planteamiento erróneo

El uso de la tecnología en las aulas empezó a impulsarse al considerar que puede ofrecer numerosas ventajas. Y es que, a priori, facilita el acceso a una gran cantidad de recursos educativos, permite una enseñanza más personalizada y dinámica, y fomenta competencias digitales esenciales para el futuro profesional del alumnado.

Con todo, durante la pandemia de la covid-19, las herramientas digitales se transformaron de un día a otro en un elemento fundamental para que los estudiantes pudiesen mantener la continuidad de su aprendizaje. Si bien es cierto que la enseñanza telemática se acabó asentando en muchos niveles educativos, también hubo casos en los que la situación era insostenible.

“La parte pedagógica no está contemplada correctamente”, apunta Almudena Alonso, docente en la facultad de educación y trabajo social del Campus. Esta profesora es autora de una tesis centrada en las “La parte pedagógica no está contemplada correctamente”, apunta Almudena Alonso, docente en la facultad de educación y trabajo social del Campus, cuya tesis está centrada en las competencias digitales en las escuelas gallegas.

Con este estudio ha llegado a la conclusión que no se están empleando los métodos adecuados para formar a los niños en el entorno tecnológico. “La digitalización no consiste únicamente en darles un libro digital a los niños, ese es el gran error que se ha cometido”, explica.

Muchos expertos, familias y docentes han mostrado su preocupación por el aumento del tiempo frente a las pantallas desde edades tempranas. Algunos estudios advierten sobre posibles efectos negativos en la salud visual, la concentración, el sueño y el desarrollo emocional de los menores.

Para que el uso de las pantallas sea realmente eficaz y pedagógico, es imprescindible que el profesorado cuente con la formación necesaria. No se trata simplemente de sustituir el libro por una tablet, sino de aplicar metodologías innovadoras que aprovechen el potencial de la tecnología de forma crítica, consciente y con sentido pedagógico. La formación continua del profesorado en competencias digitales y en el uso de recursos tecnológicos es, por tanto, una condición clave para el éxito de cualquier plan de digitalización educativa.

Demasiada exposición

Por otra parte, muchos expertos, familias y docentes han mostrado su preocupación por el aumento del tiempo frente a las pantallas desde edades tempranas. Algunos estudios advierten sobre posibles efectos negativos en la salud visual, la concentración, el sueño y el desarrollo emocional de los menores. A raíz de estas inquietudes, algunas comunidades autónomas han comenzado a replantearse el modelo digital en las aulas, promoviendo un uso más equilibrado de la tecnología o incluso regresando parcialmente a los libros de texto en formato papel.

En el caso de Galicia, la Xunta introducirá ya el próximo curso una serie de mejoras en el programa E-Dixgal con el objetivo de avanzar en un modelo de enseñanza híbrida, donde conviven en equilibro las nuevas tecnologías y el papel. Entre otras medidas, el Gobierno gallego dotará a los centros integrados en este programa de libros de texto, que se prestarán de manera gratuita al alumnado en función de la renta familiar.