Álvaro Rivas, de Alcalá Norte: "Aún me duelen las cicatrices cuando canto, pero nuestro guitarrista es médico y me tranquiliza"

Entrevista

“Estamos más cómodos en salas pequeñas, podemos expresarnos de forma más natural”, asegura el integrante de una de las bandas más emergentes de España y que actúa en la Sala Mondo de Vigo

Álvaro Rivas, vocalista de Alcalá Norte, con la camiseta naranja del Club de Remo de Chapela.
Álvaro Rivas, vocalista de Alcalá Norte, con la camiseta naranja del Club de Remo de Chapela. | Jorge Santomé

Álvaro Rivas es el cantante de Alcalá Norte, una de las bandas de rock emergentes que más ha dado que hablar en España en el último año. Los madrileños presentan el sábado 1 de febrero en Vigo su primer disco homónimo en un concierto que, según asegura Álvaro, hace especial ilusión a la banda, ya que su manager es vigués.

Pregunta.El de Vigo es ya uno de los últimos conciertos de la gira. ¿Cómo ha cambiado todo desde que la empezasteis hasta ahora?

Respuesta.Cuando comenzamos la gira, prácticamente nos pilló por sorpresa. Algunas de las canciones del disco las transformamos para llevarlas al disco y, en algunos casos, ni siquiera habíamos tenido tiempo de ensayarlas en su versión final antes de empezar. El salto que hemos dado como banda es enorme. Nuestra formación se ha consolidado. Nuestro guitarrista de toda la vida vive en Suecia, tuvimos que ajustar nuestra estructura para superar ese inconveniente. A lo largo de este tiempo, hemos desarrollado vínculos sólidos con el equipo. Para nosotros, ha sido como si nos lanzaran un montón de piedras y estamos allí esquivándolas como podemos. El balance es positivo, hemos dado pasos muy serios hacia la profesionalización, entendiendo mejor lo que significa ofrecer un show. En estos últimos conciertos, hemos probado algunos cambios en el orden de las canciones para darle más ritmo al concierto y aprovechar en directo las características de cada tema, porque algunas canciones sirven para generar ciertos efectos o para conectar mejor con el público. Ahora esas cosas me parecen naturales, pero hace un año ni siquiera las tenía en cuenta. Somos más profesionales, seguimos pasándolo bien, y encima ahora sabemos que en muchos lugares de España nos quieren mucho. Ahora nos toca pensar en el próximo paso: centrarnos en dar un salto de calidad y presentarnos en la gira de festivales de primavera aún más maduros. Con escenarios más grandes, un público que en su mayoría es de curiosos y sets más reducidos. Los festivales son un reto.

P.El de Vigo es un concierto en sala pequeña. ¿Os gustan las distancias cortas?

R.Como venimos de muy abajo, las salas pequeñas no me parecen tan pequeñas. Todo mola, es genial tocar para miles de personas o para un grupo más reducido. Me genera más curiosidad un escenario como el de Razzmatazz en Barcelona en unas semanas, con 2.000 personas que vienen a vernos a nosotros, que los 6.000 curiosos de un festival. Pero está claro que, por nuestra trayectoria, estamos más cómodos en salas pequeñas donde podemos expresarnos de una forma más natural, pero somos conscientes de que en 5 años podríamos estar haciendo algo completamente diferente.

P.La única pausa que os tomasteis en casi un año fue por la rotura de tu apéndice. ¿Cómo lo viviste? ¿Fue complicado?

R.Fue un parón obligado de dos meses. Al principio la situación se fue complicando, tuvimos que cancelar conciertos, pero tuvimos suerte y logramos reubicar la mayoría de ellos. Algunos tuvimos que rechazaros, lo cual nos dio mucha pena, pero conseguimos salvar los compromisos y, de alguna manera, la banda siguió estando presente en la mente de la gente. Justo en ese momento estaban saliendo las listas de los discos del año, y volvimos a salir en la prensa. A pesar de la crisis, la banda continuó siendo relevante y, al final, regresamos con más oyentes de los que teníamos antes del parón. Al principio costó un poco recuperar el ritmo del directo. Recuerdo que, en los primeros conciertos, los músicos comentaban que volvíamos a caer en algunos vicios que ya habíamos superado. En mi caso, como cantante, no me daba tanta cuenta, pero estaba más concentrado en lo que a mí me costaba, que era recuperar el chorro de voz en los primeros shows. Aún me duele un poco una de las cicatrices cuando canto, pero nuestro guitarrista, que es médico, me tranquilizaba y acertó en su pronóstico de que el dolor iría remitiendo.

P.¿Crees que el rock hoy es un género con un sonido nostálgico?

R.Lo que más nos ha sorprendido es que mucha gente que creció con esos sonidos no está anclada a las bandas de su juventud, sino que estaba esperando a que nuevas generaciones les ofrecieran la fórmula que los conquistó en su momento. Y esos son los que sostienen nuestra economía. En cuanto al público joven que disfruta del rock, no es masivo, pero juntos forman una audiencia curiosa y diversa. Esa mezcla funciona muy bien en los conciertos.

P.¿Estáis componiendo durante la gira? ¿Es distinto a cómo compusisteis el primer disco?

R.El primer disco, como ocurre con todas las bandas debutantes, lo compusimos con calma, durante tres años. Cada canción nacía de una manera diferente y, como no teníamos grandes conciertos, la mayoría del tiempo lo dedicábamos a componer en el local. Ahora, en la gira, es más difícil encontrar esos momentos. Las canciones suelen nacer de estar en un cuarto cerrado, probando ideas, pero siempre nos gusta hacer una prueba en el local para ver si realmente nos transmite algo.

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