Intento de robo bancario en Crecente con una bombona
Sucesos
Los Tedax de la Guardia Civil inspeccionaron el artefacto casero, con un tubo hacia el cajero, que no llegó a explosionar
Eran las seis de la mañana cuando el empresario crecetense, S.A,M, que se dirigía hacia O Porriño camino de su empresa como cada día, al pasar por la oficina que Abanca tiene operativa en Crecente, le llamó la atención que había una bombona de butano debajo de un ventanal enchufada a un tubo dentro del cajero automático cuyas puertas de acceso estaban abiertas de par en par. Detectó movimiento y de inmediato, este vecino de Crecente, alertó a la Guardia Civil que, rápidamente se personó en el lugar comprobando la situación y analizando lo que pudo haber sido -de haber explotado la bombona cargada de gas-, un siniestro con graves consecuencias con daños materiales de consideración y poniendo en peligro a las personas de las viviendas próximas a la sucursal bancaria. Todas las sospechas apuntan a un posible intento de robo, ya que varios vecinos y el propio empresario al escuchar ruidos extraños de madrugada se alertaron lo que provocó la huida de los presuntos asaltantes, dejando atrás el artefacto explosivo, un método que se utilizaba en el pasado para reventar cajeros. La Guardia Civil procedió a cerrar la calle Mon y Landa, hasta bien entrada la mañana.
Al no haber daños, el tema quedó en un susto y el director y personal de la oficina, le restaban importancia al asunto, ya que los ‘cacos’ no consumaron sus propósitos abandonando a las puertas del banco la bombona que, afortunadamente., no tuvieron tiempo de hacerla explosionar como supuestamente era su intención para llevarse el dinero del cajero. Hasta Crecente se desplazaron efectivos de los Tedax para investigar el artefacto. Y tampoco nadie pudo dar ninguna pista o descripción de los individuos ni cuantos eran, “pero sí que eran varios”, aseguraban los vecinos.
“La gente tiene miedo”, expresaba el alcalde a este diario. “Podrían haber hecho mucho daño si llega a explotar el artefacto”, por cierto, muy chapucero y burdo pero que podría haber causado daños tanto en viviendas como personales. “De un tiempo a esta parte están pasando muchas cosas en Crecente”, señalaba Julio César García -Luengo Pérez a este periódico. “Estoy tranquilo pero hay gente que nos quiere hacer daño, y me preocupa porque en los pueblos del rural, cuando algo se quema ya no vuelve". No hay interés en recuperarlo y se pierde. Y ponía como ejemplo lo que pasó en As Neves tras los incendios de 2017. “Desde que se dijo que venía Vega Sicilia a Crecente, están pasando cosas y yo, como alcalde, estoy muy preocupado por lo que están pasando”. Las bodegas y los viñedos están en el punto de mira y en eso, coincide con el alcalde de Arbo el de Melgaço, municipios vitivinícolas de la zona en ambas riberas del Miño, que sufren cada verano con los incendios intencionados. "Y no acabo de entender el porqué de tanto daño a una industria puntera que da trabajo y riqueza a las gentes del rural".
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