Reponer en su sitio el busto de Sancho Gracia, prioridad vecinal

Es difícil que los vecinos de un pueblo pequeño como Mondariz-Balneario se presten a responder a preguntas sobre temas políticos o municipales, como en este caso. Pero siempre hay gente valiente que para responder, piden anonimato “por si las moscas” y que sus opiniones les pueden traer algún problema. 

Sobre la escultura “desaparecida” tras ser vandalizada en agosto del año pasado, el vecindario se pregunta “qué pasa con ella” porque desde su retirada nunca más se supo. Hasta hace unos días que, el Partido Popular de Mondariz-Balneario preguntó por ella al alcalde, en el pleno extraordinario, instándole a que repusiera el busto de Sancho Gracia -en su papel inolvidable de Curro Jiménez con su inseparable caballo-, obra del escultor José Molares. Y en el mismo lugar donde estuvo hasta el día en que la rociaron con pintura roja. En ese pleno se supo que la escultura en bronce, se llevó al taller del escultor para su restauración, valorada por Molares en 2.000 euros, que el Concello no puede sufragar porque las arcas municipales están en número rojos y, porque además, el gobierno local con el alcalde César Gil a la cabeza, no tiene intención de recolocarla en su lugar de origen, sino esconderla en al bosquecillo para restarle visibilidad. Además, para salir del paso por la tangente, Gil propuso en el pleno “un referéndum” para saber la opinión vecinal porque hay vecinos a favor y otros en contra, de un actor que puso en el mapa a Mondariz-Balneario, paseándolo por el mundo. 

Y como hay discrepancias según al alcalde, a preguntas de este diario, María; J. Vázquez, J.P; Julio; R.F; Juan y Teresa, opinan que, “la estatua estaba bien donde estaba”, “Que es bonita y debe volver a su sitio”, que si ya está arreglada “que la pongan de una vez”. Y todos a una, y algunos más que también opinaron sin dar ningún dato personal, rechazan el “referéndum” porque no viene a cuento. "Lo único que pretende el alcalde es parapetarse detrás del pueblo, así se lava las manos y nos pasa el marrón a los vecinos”, sentencia J. C, preguntándole a César Gil “si ya se olvidó de la Fuente de Troncoso en ruinas”.