Aficionados del Niza provocan disturbios en Vigo

Las fuerzas de seguridad tuvieron que emplearse ayer noche con ímpetu para solventar los disturbios que causaron en Vigo pequeños grupos de aficionados radicales del Niza, que además contaron con la colaboración de otras peñas violentas de algún equipo español. Las escaramuzas y las reyertas se sucedieron desde primera hora de la noche en determinadas zonas de la ciudad, de forma especial en el Casco Vello, que es el área en el que residen algunos de los colectivos de celtistas más significados políticamente.

El partido entre Celta y Niza no fue declarado de alto riesgo y se esperaba la llegada a Vigo de menos de 300 seguidores franceses. Precisamente esa capacidad para moverse en pequeños grupos dificultó a los efectivos policiales cubrir todos los acontecimientos violentos en distintos puntos de la urbe. A la espera de confirmación, fuentes policiales reseñaban anoche la implicación de peñas del Valencia. Además, se preveía tener que realizar detenciones, aunque a la hora del cierre de esta edición no estaban confirmadas.

Hasta el momento, Vigo no había sufrido desórdenes de este tipo relacionados con la Liga Europa. Hace tres semanas, visitó Balaídos el PAOK de Salónica griego, sin que trascendiese problema alguno. Sí es conocido que el Niza, al igual que otros muchos clubes franceses, tiene un grupo de seguidores radical, pero la situación cogió anoche por sorpresa, obligando a la Policía Local y a la Nacional a un dispositivo de urgencia para impedir que las reyertas fuesen a mayores.

No se confirmó tampoco anoche que haya habido algún tipo de agresión con resultados graves ni la participación activa de ningún colectivo céltico. Lo que sí provocará esta movida noche es que extremen los controles durante todo el día de hoy, especialmente a la hora de acceder al estadio. La afición visitante tiene un lugar acotado en Río Alto, en la zona de confluencia con la ahora mismo inexistente grada de Gol. Dicho área se ha podido reducir en los últimos días, ya que el Niza devolvió más de la mitad de las entradas que la UEFA obliga a reservar para la afición visitante.