Una suerte poco habitual
El Celta vivió en Barcelona su décimo tercera tanda de penaltis, la primera desde la de Granada en 2011 por el ascenso a Primera y la séptima de la que salió victorioso
Los equipos que no suelen llegar a rondas avanzadas en competiciones coperas no tienen entre sus cualidades más conocidas las tandas de penaltis. El Celta, de hecho, afrontó una el pasado jueves en Barcelona ante el Sant Andreu y la anterior data de 2011, la recordada que se perdió en Granada en la eliminatoria de ascenso a Primera División.
Según los datos de la cuenta especializada 'Afouteza e Corazón', la del Narcís Sala fue la décimo tercera tanda de penaltis en la historia celeste. Y sirvió, precisamente, para que el balance sea positivo, pues fue la séptima de la que salió airoso frente a la media docena en la que el final fue triste.
La historia comenzó con el Zaragoza en 1975 perdiendo, pero después hubo dos aciertos ante Cádiz (1976) y Arosa (1980). El año 1981 fue pésimo en este aspecto, con sendas derrotas en tandas ante Burgos y Alavés. En el 86 también hubo doblete, feliz con el Oviedo y triste con el Marbella. Osasuna en 1989 y Logroñés en 1994 sonrieron antes del enorme golpe de caer con el Zaragoza en esa suerte en la final de Copa de este último año. Después, triunfo ante el Pontevedra en 2003 y las dos últimas: derrota con el Granada y billete para dieciseisavos.
Del currículum celeste llaman la atención dos capítulos negros. El principal, aquella final de Copa del Rey en el Vicente Calderón el 20 de abril de 1994, con un ajustada 5-4 como balance de los lanzamientos y en la memoria el errado por Alejo Indias -y los no detenidos por un especialista como Santi Cañizares-. Tampoco fue feliz la otra tanda con resolución inmediata, la del 11 de junio de 2011 en Granada, que se saldó con esa mínima distancia de un solo penalti (5-4) tras los errores de Catalá y Michu.
Da cuenta de lo inusual que resultan para el Celta estas tandas de penaltis el hecho de que la del jueves fue la primera en la que participó Iago Aspas. El moañés ya estaba en el equipo en la anterior de 2011, pero fue expulsado en la prórroga justo antes del pitido final y no pudo lanzar.
Un orden de lanzadores con sello propio
Explicó Claudio Giráldez tras el duelo que el cuerpo técnico intentó principalmente en la previa de los penaltis que los jugadores estuviesen relajados y positivos. Por el resultado del pleno de goles parece que surtió efecto. Y llamó la atención no tanto la elección de los lanzadores, sino el orden de los mismos. La norma marca que el gran especialista tire o el primero o el último. Sin embargo, Iago Aspas, habitual encargado, lanzó el tercero. Además, por detrás de los otros dos que, sobre el papel, parecían más seguros: Óscar Mingueza y Borja Iglesias.
Con los tres grandes nombres ya gastados y el Sant Andreu sin fallo, asumieron la responsabilidad Hugo Álvarez, otro capitán como Fran Beltrán -que asumió el quinto-, Pablo Durán y Yoel Lago. Todos ellos estuvieron acertados y acercaron al Celta a la siguiente eliminatoria copera. Entre los presentes, quedaron sin lanzar Sergio Carreira y Ángel Arcos, además del propio Iván Villar, que no pudo detener ninguno.
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