Sólo Getafe y Alavés igualan el descalabro copero del Celta

El Celta tiene un problema de definición con la Copa del Rey, que está resultando especialmente llamativo desde que la Federación Española varió el formato con eliminatorias a un solo partido en el campo de rivales de inferior categoría. Han sido tres temporadas de quedar fuera de la única competición que puede aportar el tan ansiado primer título sin dar la talla. Mirandés (Segunda), Ibiza (Segunda B) y Atlético Baleares (Primera Federación) son los verdugos. En las dos primeras campañas, casi nadie pensaba en este torneo ante el temor del descenso. En la actual, hasta la propia plantilla la había dado como vía de escape para su potencialidad de ganar a cualquier rival.

Es bien cierto que el Celta no es la única víctima del poderío de equipos de menor categoría. En esta tres temporadas, decena y media de Primeras han hincado la rodilla ante rivales de teórico menor nivel. Pero insistiendo durante los tres años del nuevo sistema únicamente están el Celta, el Getafe (Badalona en la 19-20, Córdoba en la 20-21 y Atlético Baleareas en la 21-22) y el Alavés (Jaén en la 19-20, Almería en la 20-21 y Linares en la 21-22). Conforman el tridente de peores conjuntos de la máxima categoría en la Copa del Rey por deméritos propios en el último trienio.

Atlético de Madrid (2), Real Madrid, Villarreal (2, una ayer mismo ante el Sporting), Granada, Osasuna (2, también ayer), Mallorca, Elche, Cádiz, Levante, Huesca, Valladolid y Eibar (2) acompañan a los tres citados en la nómina de equipos de Primera derribados por su particular David desde que impera el nuevo sistema.

En el caso del Celta, el daño principal este año ha sido la forma de caer eliminado, siendo inferior al Atlético Baleares con el plan B y, también, con el plan A. La culpa está muy repartida.