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El canterano celeste Rubén Blanco vivió ayer una experiencia novedosa para él: la de ser presentado por un equipo que no fuese el Celta. El Olympique de Marsella y el club vigués hicieron público a última hora de la tarde su acuerdo para que el guardameta juegue en Francia en calidad de cedido esta temporada. Y, como sucedió con los otros tres futbolistas cedidos en este mercado, la operación no contempla opción de compra para el equipo de destino.
Rubén, que en lo deportivo sólo ha catado al Celta, se dispone a vivir una experiencia nueva en su carrera y en un equipo de elevada exigencia. No en vano, el Olympique viene quedar segundo en Liga por detrás del PSG y esta campaña comenzará jugando la Liga de Campeones. Pau López, llegado este verano también pero a cambio de 12 millones de euros, parte como el guardameta titular, pero el mosense confía en poder pelear en igualdad de condiciones. Además, el hecho de disputar cuatro competiciones abre la puerta a rotaciones en la portería.
A futuro, el Celta no quiere desligarse de Rubén. Forzó su renovación hasta 2027 con la idea de que regrese, aunque es consciente de que a su actual entrenador, Eduardo Coudet, no le convence. No hay mejor muestra que el reparto de minutos entre el mosense y Matías Dituro la pasada temporada, en la que el gallego no llegó a debutar en Liga.
La de Rubén es la tercera salida de un canterano ya instalado en la primera plantilla celeste. Con anterioridad, José Fontán se fue al Go Ahead Eagles neerlandés también como cedido y Brais Méndez fue traspasado a la Real Sociedad a cambio de 14 millones de euros. Además, otros dos jugadores de la cantera básicos en el último ejercicio tampoco jugarán el próximo curso: Denis Suárez y Santi Mina.
A la espera de lo que suceda con Sergio Carreira e Iván Villar, en principio Coudet sólo tendrá a tres futbolistas formados en A Madroa con ficha del primer equipo: los laterales derechos Hugo Mallo y Kevin Vázquez y el delantero Iago Aspas. Un bajón más que considerable, aunque pendiente de lo que ocurra dentro de un año, cuando retornen a la disciplina celeste tanto Rubén como Fontán, al menos. El tiempo dirá.
Con la salida de Rubén, el relevo en la portería celeste lo asume Iván Villar, a la espera de ese portero que se busca en el mercado. El meta cangués, además, tenía previsto desde el principio del verano buscar un equipo al que salir cedido, como ya hizo la pasada campaña. Y, tras el movimiento de la cesión de Rubén, por el momento no ha habido cambio de planes.
La agencia de representación del medallista olímpico mantiene la idea de encontrarle un destino, aunque el paso de las semanas convierte la empresa en cada vez más complicada. Mientras, Iván entrena con la primera plantilla celeste como uno más en la pretemporada norteamericana. De alargarse en el tiempo, la situación puede convertir a Iván en víctima, ya que el equipo lo necesita por número. Y nadie la ha dicho que vaya a quedarse.
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