La línea Mingueza-Aspas del Celta

Benítez quiere soltar al equipo acercando a catalán y moañés y la idea puede calar

Iago Aspas se lamenta durante el partido del pasado sábado contra el Atlético en Balaídos.
Iago Aspas se lamenta durante el partido del pasado sábado contra el Atlético en Balaídos.

Rafa Benítez, entrenador del Celta, le está dando vueltas a las piezas de las que dispone y a las necesidades que va apreciando en su equipo, más allá de las obvias de resultados y clasificación. La esperanza de que el buen juego acabe teniendo reflejo en los marcadores se mantiene y el técnico ha retocado aspectos claves del equipo en las dos últimas jornadas buscando una mejoría que todavía no ha dado sus frutos a nivel numérico.

Después de seis partidos y medio apostando por una defensa de tres centrales, Benítez dio ante el Getafe el paso que venía anunciando de jugar con cuatro atrás para ganar opciones ofensivas. En ese primer encuentro, aposentó en la banda derecha del centro del campo a un especialista como Carles Pérez, que no tenía cabida en el anterior dibujo. Pero la nueva lesión del catalán obligaba a un nuevo giro de tuerca y, en ese contexto, el técnico celeste se dejó llevar por una constante en los últimos meses en el devenir del equipo vigués: la línea Mingueza-Aspas.

Los dos futbolistas con mejor pie del vestuario tienen por costumbre encontrarse en sus combinaciones y el equipo necesita de su calidad para romper líneas. Por eso, Benítez apostó por liberar un tanto de sus tareas como lateral al canterano culé poniendo en esa retaguardia a Kevin Vázquez y resituándolo en el centro del campo, lo que favorece su vocación ofensiva y su encuentro con el gran generador de juego celeste: Iago Aspas.

El equipo recibió bien el nuevo organigrama. Hasta la expulsión de Iván Villar, el Celta realizó los mejores minutos de fútbol de la temporada, superando por intención aunque no por acierto a los vividos en el Camp Nou. Con el moañés siendo un proveedor constante de balones y Mingueza acertando en el primer pase y pisando área rival, aunque fuese sin puntería.

Más opciones

Con esa línea funcionando, Jonathan Bamba dispone de más espacio para iniciar sus carreras hacia el área rival. Luca de la Torre también encuentra su sitio para ejercer de segunda vía con sus conducciones. Y Larsen recibe caudal.

Pese a la derrota, la apuesta táctica de Benítez el sábado puede tener continuidad. Sobre la línea Mingueza-Aspas espera girar el juego.

Aspas ya ha sido sustituido más que en todo el curso pasado

Iago Aspas no realizó ningún mal gesto hacia Rafa Benítez cuando fue sustituido el pasado sábado en el minuto 60 de partido. Sí mostró la lógica rabia de un futbolista que acaba de realizar un fútbol de primer nivel y no ha encontrado premio ni como pasador ni como rematador. Y de quien considera, no sin razón, que todavía podía aportar sobre el campo. El técnico tuvo el gesto de ir a hablar con él en el banquillo. No hay nada roto.

Pero más allá de cuestiones de protocolo, la cuestión central es cómo está afectando al equipo la tendencia a que Aspas disponga de menos minutos. Ante el Atlético de Madrid, el moañés fue sustituido por sexta vez en lo que va de temporada, que en su caso son nueve partidos pues en Las Palmas partió ya directamente desde el banquillo. Y es normal que tal circunstancia choque, pues la pasada temporada, sin ir más lejos, la estrella celeste sólo fue sustituido en 4 ocasiones en sus 31 titularidades.

La proyección invita a pensar en una veintena de sustituciones de aquí a final de temporada. Una cifra nunca vista en el caso de Aspas en Primera División, sobre todo en los últimos años. Porque sí es cierto que en su debut en la máxima categoría fue cambiado 15 veces y que en la campaña de su retorno la cifra se elevó a las 17. Pero, a partir de ahí, menguó como norma general: 10 (16/17), sólo 3 (17/18), 12 (18/19), 7 (19/20), 8 (20/21), 10 (21-22) y 4 (22/23).

Sobre todo, llama la atención que sus salidas del campo se produzcan, además, cuando el marcador todavía no está claramente decantado hacia uno u otro lado. Sucedió el pasado sábado, ya que dejó su sitio en el campo aún con el 0-1, y también en el encuentro en Balaídos ante el Alavés, en el que vio desde el banquillo el empate del conjunto vitoriano. Precisamente, estos dos partidos fueron los que más tiempo se perdió el moañés, pues en uno se fue en el minuto 60 y el otro, en el 63.

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