Frenazo en Calahorra

El Celta B no pudo dar continuidad ayer su victoria de la semana pasada, y acabó perdiendo por la mínima ante el Calahorra. Un gol de Jorge Martínez Losa fue la sepultura de un conjunto celeste que gustó a ratos pero al que le faltó acierto en ataque, lastrado por la baja de Lauti de León, el único delantero centro puro del que dispone en estos momentos Onésimo Sánchez.

El conjunto local tomó el mando del partido muy pronto. Sin embargo, el Celta B supo contener las embestidas riojanas durante la primera media hora. No hubo ocasiones de gol, y la defensa celeste rayó la perfección con un portero, Gaizka Campos, que apenas pasó apuros a lo largo de los 45 minutos iniciales.

La mejor ocasión en el primer cuarto de hora fue un disparo de Carlos Vicente. El guardameta vasco, recién llegado al filial céltico procedente del Valladolid Promesas, supo despejar con acierto a córner. Siguió insistiendo el Calahorra, que tenía más el balón. En el minuto 26, una buena jugada del equipo rojillo acabó con un tiro de Tarsi, pero el balón se perdió muy alto, por encima de la portería visitante

Por su parte, los de Onésimo apenas aparecieron en ataque durante la primera media hora. Lo hacían muy bien en tareas de contención, aunque su ataque estaba siendo nulo, por lo que Iricibar apenas tuvo que intervenir.

Los locales consiguieron el premio que buscaron desde el principio a cuatro minutos para el descanso. Jorge Martínez Losa acertó ante Gaizka, que no pudo hacer nada. Un auténtico jarro de agua fría para un Celta B que hasta ese momento se había mostrado como un equipo muy sólido en defensa.

Tras el paso por los vestuarios, el Calahorra saltó al campo decidido a acabar con las esperanzas célticas. En el minuto 48, un balón largo de Iricibar sobre Carlos Vicente puso en aprietos a Gaizka, que realizó una gran intervención. Luego fue el turno de David Soto y Álex Arias, en una doble ocasión. El filial estaba a merced de la escuadra riojana.

En el minuto 70, el Celta B pudo empatar en una jugada a balón parado. Un saque de esquina acabó con una intervención salvadora de Iricibar para un Calahorra que había perdido fuerza. El duelo se abrió y las opciones de gol empezaron a ser en las dos porterías. Ya se enfilaba la recta final del partido y nadie se conformaba.

El último tramo del encuentro fue un querer y no poder de los dos equipos, aunque fueron los locales los que llevaron la voz cantente. Lo intentó hasta el final el Celta B, pero le faltó acierto para igualar.