Que todos los empates sean estos

El Celta demostró personalidad tras empezar por detrás en un bello partido en Girona y alarga su buena racha

Ilaix Moriba y Marcos Alonso, en la disputa de un balón ayer en Girona.
Ilaix Moriba y Marcos Alonso, en la disputa de un balón ayer en Girona. | Área 11

El Celta volvió a rondar la victoria fuera de casa y regresa con un empate. Pero, a diferencia de lo sucedido en el Metropolitano, con una sonrisa. Porque de la mano con el Girona brindó un buen partido de fútbol a los que renunciaron a la mesa y mantel. Tan valiente fue, tan precisamente imperfecto, que nadie lo ganó.

Cuando se oye barullo en la calle, hay quien ni se inmuta. También los hay que atisban detrás de las cortinas. Y los que se asoman de cuerpo entero inquiriendo. Pero Celta y Girona no. Celta y Girona cogen y bajan a la acera para ser parte o de la solución o de la fiesta. Pero siempre hay que ir. Para tener la conciencia individual tranquila y para fomentar la conciencia colectiva. Por eso, los dos equipos se buscaron las cosquillas ayer con ahínco. No con afán de hacer daño, sino de disfrutar. 

Las debilidades son imposibles de ocultar. Más en un fútbol analizado hasta la milésima. Así que lo mejor es asumirlas hasta con cierto orgullo. No hay que sentir vergüenza de no ser perfecto, sino mostrar las imperfecciones y compensarlas con virtudes más rotundas, si cabe. Celta y Girona no son sólidos. Prefieren otros estados de la materia. Y tienen ese afán de buscar fisuras en el rival yendo a donde haya que ir. A campo contrario, si es preciso. De ahí la presión alta ejercida por ambos, acompañada de sendas líneas defensivas lo más alejadas posible del área propia. Porque tan importante es la ocupación de espacios como la desocupación. 

Claudio Giráldez, técnico celeste, le metió piernas a esa presión con Pablo Durán y Williot Swedberg, acompañados de un Iker Losada todavía en busca del punto de forma ideal. Y los dos técnicos se entretuvieron el uno al otro ajustándose. Especialmente, en la banda izquierda local y derecha visitante. Si Míchel amagaba con jugar sin más carrilero que Bryan Gil, dejando caer hacia dentro a Miguel Gutiérrez, su homólogo celeste aprovechaba la polivalancia defensiva de Javi Rodríguez y la vocación ofensiva de Sergio Carreira para variar sus alturas.

Castigar la defensa adelantada fue misión común. Pese a que apostó más por encontrar una salida limpia desde atrás, intentó esta baza sorpresiva el Celta con las zancadas de Swedberg, pero el sueco se rompió en una de ellas al cuarto de hora. Y lo intentó el Girona otorgándole de forma reiterada el papel de pasador a su portero, Gazzaniga. Si la presión apretaba, balón largo hacia la última línea.

Faltaban las áreas

El partido iba cogiendo conciencia de sí mismo a buen ritmo. Faltaban las áreas. Y aparecieron de golpe. Al menos, una de ellas. Fue en una acción de saque de banda del Girona cerca de la zona de peligro celeste. No hubo una defensa acertada de los célticos, que permitieron que el balón saliese hacia el centro con posibilidad de disparo de Oriol Riera. Golpeó el esférico el palo y desordenó lo que sí estaba ordenado en el equipo vigués. Krejci centró con criterio; Herrera hizo lo que mejor ha hecho siempre, cargar el área; y su dejada de cabeza la remató a gol Tsygankov.

Era el minuto 20 pero el gol no varió el plan del Celta. Tocaba convencer al marcador insistiendo en el juego. Ya no estaba Swedberg, pero sí el insistente Alfon González por la izquierda; y el reconfortante Sergio Carreira por la derecha. Con un poco más de balón que el rival y yendo. Siempre yendo. Y con la táctica en la cabeza. En la banda mutable había vida. Primero, vaciarla atrayendo a Miguel y haciendo dudar a Blind. Y a continuación, ocuparla con Carreira corriendo tras el pase de Javi Rodríguez. El vigués esperó el momento ideal para el dermarque de Losada, quien empató. 

Acababa el Celta con buenas sensaciones la primera parte porque no había hecho demasiado caso al marcador. Que reclamó la atención del equipo vigués tentándolo de la peor manera: con un gol. Alfon volvió a forzar a David López, que se equivocó metiendo una pierna cuando ya no hacía falta y cometiendo penalti. Marcos Alonso marcó para remontar. Pero entonces, con la salida de Arthur Melo -el brasileño dio sentido a todo con balón en el bloque local-, el equipo vigués sí se dejó influir por el marcador y desapareció en campo rival. Los locales castigaron tal contemplación con profusión de centros sobre el área y un par de saques de esquina. Y en uno de ellos, la acción estudiada del Girona despistó a Pablo Durán y Yangel Herrera -otra vez- cabeceó a gol.

Los dos equipos amenazaban con querer ganar y los cambios de ambos apostaban por ese final. Pero el partido ya había decidido que ninguno merecía llevarse los tres puntos más que el otro. El Celta suma otro empate más fuera y encadena cuatro jornadas sin perder.

Ficha técnica

Girona:

Gazzaniga; Arnau Martínez, David López (Arthur Melo, min.54), Ladislav Krejci, Daley Blind, Miguel Gutiérrez; Yangel Herrera, Oriol Romeu (Iván Martín, min.54); Tsygankov (Asprilla, min.84), Miovski (Stuani, min.67), Bryan Gil (Portu, min.84).

Celta:

Vicente Guaita; Sergio Carreira, Javi Rodríguez, Carl Starfelt, Marcos Alonso, Óscar Mingueza; Fran Beltrán, Ilaix Moriba (Jailson Marques, min.83); Iker Losada (Fer López, min.68), Pablo Durán (Borja Iglesias, min.68), Williot Swedberg (Alfon González, min.16; Iago Aspas, min.83).

Goles:

0-1, min.20: Tsygankov; 1-1, min.38: Iker Losada; 1-2, min.50: Marcos Alonso, de penalti; 2-2, min.67: Yangel Herrera.

Árbitro:

Dirigió el encuentro Miguel Ángel Ortiz Arias. Sin amonestaciones.

Incidencias:

Partido correspondiente a la vigésimo sexta jornada de Liga de Primera División disputado en el estadio de Montilivi.

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