Claudio Giráldez derriba otro muro
El Celta consiguió el pasado lunes su segunda victoria en catorce duelos con equipos de Bordalás -doce de ellos contra el Getafe- superando la presión y aprovechando los espacios
Claudio Giráldez ha derribado varios muros del Celta desde que se hizo cargo del primer equipo al final de la pasada temporada y el pasado lunes, contra el Getafe, salvó uno más. Desde el último ascenso a la máxima categoría, el conjunto celeste siempre se había sentido incómodo ante los equipos de José Bordalás. Tanto que, hasta este lunes, sólo había conseguido una victoria en trece encuentros con los dos rivales dirigidos por el técnico alicantino: once contra el Getafe y dos contra el Valencia.
Aquel único triunfo lo había logrado el Celta de Eduardo Coudet, también por la mínima y en Balaídos, y con un gol de Nolito. El resto de los enfrentamientos había sido como vistas al dentista: una derrota tras otra o, como máximo, algún empate.
Pero en esta ocasión, fue el e quipo vigués el que consiguió que el Getafe se sintiera incómodo durante los noventa minutos, a pesar de no hacer su mejor partido y de estar más impreciso de lo habitual en el juego con balón.
Para ello, Claudio Giráldez introdujo tres cambios en el once respecto al choque anterior contra el Leganés. Ristic sustituyó a Hugo Álvarez en el carril izquierdo para frenar a Carles Pérez; Beltrán entró por Ilaix para controlar la pelota junto a Hugo Sotelo, y Douvikas fue titular, en lugar de Borja Iglesias, para aprovechar los espacios que la defensa visitante deja a su espalda. Además, mantuvo a Bamba -que firmó un gran partido tanto en ataque como en defensa- y a los tres centrales: Manquillo, Starfelt y Marcos Alonso.
De esta manera, el preparador porriñés le ganó la partida a un Bordalás que aprovechó la lesión de Djené a la media hora de juego para realizar un doble cambio: además de suplir al central de Togo por Berrocal, retiró a Aberdin, un mediocentro, para dar entrada a Álvaro Rodríguez, un delantero, y pasó de un 4-3-3 a un 4-4-2. Pero el cambio de dibujo tampoco le funcionó y apenas se acercó al área de Guaita, una situación que se puso más de cara para el Celta con la expulsión de Berrocal. “Hicimos un partido bastante maduro y puso ser mejor en muchas situaciones que jugamos demasiado vertical o que no manejamos del todo teniendo tiempo. No obstante, hicimos un encuentro completo y merecimos la victoria, tanto con igualdad numérica como con superioridad", señaló Giráldez, que sigue derribando muros.
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