Gabri se gradúa en Balaídos

Victoria sufrida (1-0) ante el Betis, que jugó con diez, con gol de Gabri, y Aspas solo al final. Marchesín mantuvo al Celta

Publicado: 02 oct 2022 - 23:24 Actualizado: 03 oct 2022 - 00:51

El joven celeste Gabri Veiga aplaude al público al finalizar el encuentro, donde su gol dio la victoria.
El joven celeste Gabri Veiga aplaude al público al finalizar el encuentro, donde su gol dio la victoria.

El Celta le ganó al Betis. Sin entrar en detalles, más que bien. Con gol de Gabri Veiga, muy bien. Con Agustín Marchesín decisivo, lo que es bueno pero… Una buena primera mitad en cuesta abajo, con gol y expulsión visitante en el 17, se pasó a una segunda muy mala, en el que la superioridad numérica no fue óbice para ser inferior.

Hay tardes soleadas de agradable temperatura. Hay partidos que te sonríen antes incluso de que tú les sonrías. Hay historias personales que adornan las colectivas. Iago Aspas no estaba; Gabri Veiga, sí. El Celta recibía a un Betis luminoso cual Sevilla. Con retoques decididos y meditados y cambios obligados. Un entramado de deseos contra una estructura de realidades. Pero no siempre lo sólido es más contundente que lo gaseoso.

Siempre hay que agradecer a conjuntos como el Betis su propuesta. Su intención de pisar más campo rival que propio. Y así empezó en Balaídos. Pero, quizás por los cambios introducidos por Manuel Pellegrini en su afán de mover su plantilla, algo desajustado en la vigilancia defensiva. A punto estuvo de aprovecharlo Carles Pérez nada más comenzar, aprovechando una pasada de frenada de Édgar. Y antes de cumplirse los 10 minutos, lo hizo Gabri Veiga. El porriñés, atento a la brega de Beltrán en el centro del campo, controló ya enfocando el giro hacia la portería contraria. Como William Carvalho no llegó a tapar, el canterano no se lo pensó y sacudió un buen derechazo de empeine que Rui Silva no vio venir. Qué mejor que hacer un brindis al sol con el tanto del más joven, de quien personifica el giro táctico de dejar en el banquillo a uno de los dos mediocentros con la esperanza de generar más cerca de la portería rival.

El primer paso estaba dado. Claro que el tropiezo pudo ser de órgado apenas un par de minutos después, cuando una cesión atrás de Beltrán dejó solo a Borja Iglesias. Esta vez, Marchesín acertó en su primera intervención y dejó que el sol siguiese luciendo.

La vida era sencilla. Al Celta no le importó ceder la iniciativa sin pelearla, aunque sí que haciendo posesiones largas cuando tenía oportunidad. No sufría atrás y arriba tenía al luminoso faro de Jorgen Strand Larsen, un cerebro del tamaño de un armario. Un balón largo lo bajó con armoniosa figura y aprovechó otra pasada de frenada, esta vez de Luiz Felipe, para encarar la portería rival. El central se rehizo para agarrarle y la tarjeta amarilla pasó a ser roja tras la intervención del vídeo arbitraje. Era el minuto 17 y todo pintaba color de rosa.

El conjunto sevillano se rearmó sacando del campo a William Carvalho y dándole las llaves del reino a Sergio Canales. En lo que restó de primera parte, el futbolista bético fue moviendo a su equipo con criterio en la posesión, pero sin inquietar a Marchesín. Mientras, el equipo vigués confiaba en la referencia de Larsen y en las diagonales de Carles Pérez, al que el plantemiento del duelo parecía beneficiar. De hecho, pudo marcar el canterano del Barça justo antes del descanso, pero se lió ante Rui Silva.

Pellegrini no veía el partido perdido y varió su ataque en el descanso. Luiz Henrique y Borja Iglesias dejaron su sitio a Nabil Fekir y Willian José y el futbolista turco se unió a Canales para convertir en anécdota el hecho de jugar con uno menos. Porque la segunda mitad del Celta fue mala hasta lo incomprensible.

Ya sea por decisión propia, ya por indicación de Eduardo Coudet, Ariel Broggi determinó variar el diseño del equipo con los dos primeros cambios, apenas a los ocho minutos de la segunda parte. Paciencia entró por Larsen, variación inocua en lo táctico; pero Tapia lo hizo por Solari. Esto significó que Gabri pasó a la banda para dibujar un 4-4-2 que debía incidir en el control. Ni por asomo lo hizo.

El equipo vigués se vio superado en todas las zonas. Por dentro, Canales y Fekir hacían de la combinación una enorme virtud; por las bandas, los laterales, especialmente Álex Moreno, se escapaban de la vigilancia de los centrocampistas. El único que parecía estar centrado y acertado era Marchesín, que realizó hasta tres intervenciones de las que salvan partidos. De esas que se le echaban de menos.

El Celta cambió entera su banda derecha para guarecerse de nuevo. Y, al final, puso en el campo a Aspas por si había opción de sentenciar. Alguna hubo pero de la segunda parte quedó la sensación de haberse salvado de milagro.

CELTA

1

BETIS

0

Celta:

Agustín Marchesín; Hugo Mallo (Óscar Mingueza, min. 69), Joseph Aidoo, Unai Núñez, Javi Galán; Fran Beltrán; Augusto Solari (Renato Tapia, min. 55), Gabri Veiga (Luca de la Torre, min. 69), Óscar Rodríguez; Carles Pérez (Iago Aspas, min. 75), Jorgen Strand Larsen (Gonçalo Paciencia, min. 55).

Betis:

Rui Silva; Montoya (Ruibal, min. 72), Luiz Felipe, Edgar, Álex Moreno; Paul, William Carvalho (Pezzella, min. 22); Luiz Henrique (Fekir, min. 46), Canales, Rodri (Joaquín, min. 72); Borja Iglesias (William José, min. 46).

Gol:

1-0, min.9: Gabri Veiga.

Árbitro:

Soto Grado (comité riojano). Expulsó con tarjeta roja a Luiz Felipe (min. 19) por parte del Betis. Amonestó con tarjeta amarilla a Gabri Veiga (min. 30), Larsen (min. 32), Javi Galán (min. 34) y Mingueza (min. 89) por parte del Celta; y a los béticos Pezzella (min. 32), Canales (min. 65) y Fekir (min. 84) .

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