El Celta se quedó sin ‘guinda’

Finalmente, el Celta se quedó sin la ‘guinda’ que reclamó su entrenador, Claudio Giráldez, en las últimas semanas para completar una primera plantilla que se mantiene como estaba el pasado 12 de agosto, cuando se firmó la incorporación de Borja Iglesias. El mercado de verano se cerró la pasada medianoche y, en sus últimas horas, el club celeste no registró ningún movimiento de entrada o salida, tal como se preveía. La marcha de Joseph Aidoo o de Franco Cervi, los dos futbolistas con los que no cuentan ni la entidad ni el técnico, resultaba imprescindible para afrontar cualquier nueva operación, ya que el primer equipo tiene cubiertas todas las fichas (25), y al no producirse ninguna de ellas tampoco podía haber llegadas. Además, no hubo ofertas de última hora por jugadores con los que sí se cuenta, por lo que el final del mercado se vivió sin sobresaltos en la sede de la calle Príncipe.

“Quedan días y va a ser una semana en la que hay que estar atentos. Sabemos que en los últimos días siempre va a haber movimientos, queramos o no. Siempre hay conversaciones”, declaró una semana antes Claudio Giráldez, que más recientemente se refirió a la ‘guinda’ con la que el club podía completar la plantilla y, concretamente, se refirió a un jugador de ataque con velocidad y que pudiera dar el último pase. Ni este perfil ni el de un central con capacidad para actuar de mediocentro pudieron llegar en estos últimos días.

De esta manera, la plantilla celeste ha quedado conformada por 28 futbolistas, tres de ellos con ficha del filial -Javi Rodríguez, Yoel Lago y Jones-, después de un verano en el que perdió cinco jugadores que la temporada pasada contaban para Claudio -Guaita, Jailson, Fer López, Alfon e Iker Losada, además de Manquillo- e incorporó siete caras nuevas: Radu, Bryan Zaragoza, Jones, Ferran Jutglá y los canteranos Manu Fernández, Javi Rueda y Miguel Román.

En cuanto al mercado, el Celta firmó cinco fichajes, tres mediante traspaso (Ilaix Moriba, Jutglá y Borja Iglesias), uno con la carta de libertad (Radu) y una cesión (Bryan Zaragoza).

El primero en aterrizar fue Ionut Radu, portero rumano que se ha convertido en titular indiscutible esta temporada y que llegó libre después de jugar el curso anterior en el Venezia. A continuación, el Celta ejecutó la opción de compra de Ilaix Moriba, por el que pagó 6 millones de euros al Leipzig, y cerró el traspaso de Jutglá, procedente del Brujas, por 5 millones.

El club celeste incorporó también a Bryan Zaragoza, cedido por el Bayern de Múnich a cambio de 1 millón de euros, y cerró la plantilla con Borja Iglesias, por el que pagó 2 millones al Betis.

Ventas de Fer López y Miguel

En cuanto a las ventas, la más productiva económicamente fue la del canterano Fer López, que salió rumbo al Wolverhampton inglés a cambio de 23 millones de euros más variables. La salida del vigués, sin embargo, ha sido la más lamentada por el cuerpo técnico, ya que el club no pudo conseguir en el mercado un sustituto de garantías. Además, el Celta vendió al Utrecht otro producto de A Madroa, Miguel Rodríguez, por 1.25 millones.

El club vigués también tuvo que dar acomodo a jugadores con los que sigue teniendo contrato y que el año anterior ya habían sido cedidos a otros equipos. Así, Manu Sánchez se fue al Levante -tras militar la campaña pasada en el Alavés-, Unai Núñez pasó del Athletic Club al Hellas Verona italiano, Carles Pérez cambió el Getafe por el Aris de Salónica griego y Carlos Dotor se incorporó al Málaga tras pasar el curso anterior por el Real Oviedo y el Sporting de Gijón.

Asimismo, el club emprendió una serie de renovaciones, entre las que destacan las de Sergio Carreira, Yoel López y Williot Swedberg, todos ellos hasta 2029, y ascendió desde el filial primer equipo, a petición de su entrenador, Claudio Giráldez, a Miguel Román y a Manu Fernández, además de a Jones El-Abdellaoui.

El mercado de verano ya es historia y, a partir de ahora, el técnico celeste y sus hombres ya saben que no habrá más retoques.