Celta y Girona, devotos del balón

El resultado fue un empate justo que llegó para el Celta cuando Iago Aspas, de nuevo luz del equipo, entró en el terreno de juego

Marcos Alonso disputa un balón con Van de Beek en el partido de ayer en Balaídos.
Marcos Alonso disputa un balón con Van de Beek en el partido de ayer en Balaídos.

Celta y Girona entablaron ayer en Balaídos una lucha por el balón de la que ambos salieron ganadores y perdedores por momentos. El resultado fue un empate justo que llegó para el Celta cuando Iago Aspas, de nuevo luz del equipo, entró en el terreno de juego. Giráldez hizo hasta siete cambios en el once respecto al choque del jueves con el Atlético de Madrid.

Siete cambios en el once

La acumulación de partidos en pocos días llevó a Claudio Giráldez a apostar por las rotaciones masivas. Nada menos que siete cambios introdujo el técnico celeste con respecto al once que alineó el jueves anterior ante el Atlético de Madrid. Guaita, Carreira, Marcos Alonso y Borja Iglesias fueron los únicos que repitieron en un equipo en el que entraron Javi Rodríguez, Carlos Domínguez, Ilaix Moriba, Damián, Mingueza, Alfon y Pablo Durán, en lugar de Manquillo, Starfelt, Hugo Álvarez, Beltrán, Hugo Sotelo, Iago Aspas y Swedberg. Además, Giráldez mantuvo a Carreira en el carril derecho y situó a Mingueza en el izquierdo.

Pelea por el balón

Celta y Girona, dos equipos concebidos para desenvolverse a partir del balón, pelearon por la posesión desde el pitido inicial y la alternaron durante toda la primera parte. El Celta estuvo cerca de aprovechar su eficacia en la presión alta, pero le faltó el último pase y, sobre todo, remate.

Centrar y cabecear

Una vez más, el Celta encajó un gol con el sencillo sistema de centrar desde fuera del área y cabecear desde dentro. Esta vez los protagonistas fueron Daley Blind, que envió un balón vertical desde tres cuartos, y Yangel Herrera, que superó a Pablo Durán en el salto y llevó la pelota al fondo de la portería celeste.

Mover los carriles

Giráldez hizo el primer cambio en el descanso, un retoque en los dos carriles. Hugo Álvarez entró por Carreira y se colocó en la banda izquierda, con lo que desplazó a Óscar Mingueza a la derecha. Antes de la hora de juego, el técnico porriñés refrescó el ataque al sustituir a Alfon y Borja Iglesias por Williot Swedberg y Douvikas.

El efecto Aspas

El Celta se hizo con el balón en la segunda mitad, salvo por algunas fases de dominio gerundense, pero no conseguía generar peligro más que en alguna contra o a balón parado. En el 65, Giráldez intentó poner más fútbol entre líneas dando entrada a Iago Aspas y Hugo Sotelo por Pablo Durán e Ilaix Moriba. Nada más salir, el moañés envió un pase a Hugo Álvarez mientras forcejeaba con un rival que el joven carrilero no logró aprovechar. En el 80, recibió en el centro del campo, volvió a encontrar a Hugo en carrera y acabó culminando él mismo la jugada con un remate desde el borde del área al fondo de la portería. En los minutos finales, el partido pudo caer de cualquier lado.

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