El Celta e Iker Losada se buscan

Si por el vestuario del Celta fuese, Iker Losada ya estaría en Mos entrenando hoy mismo. Si por el cuerpo técnico del Celta fuese, también. Y si por el propio jugador fuese, otro tanto de lo mismo. La posibilidad, cada vez más real, está en manos de los dos clubes: el vigués, donde se formó el catoirense, como destino y el Betis, al que pertenece el mediapunta desde el pasado verano, como origen. La dirección deportiva céltica, como es normal, maneja otras opciones, pero ahora mismo ésta asoma en cabeza. En Sevilla, como es lógico, ponen algún pero más. No es que se nieguen a que Losada salga en este mercado, ya que está disponiendo de pocos minutos, pero no quieren que sea sin coste para el equipo donde recale. Todo apunta a una cesión como fórmula, pero queda por concretar cómo se reparte el pago de la ficha y, por ende, si se incluye ya una compra en verano.

En Príncipe no se niega el interés, aunque toca tratar de enfriar la cuestión. Aunque sólo sea por aquello de que no es nada bueno ir a negociar con cara de querer como sea al jugador en cuestión. El Betis, de momento, no pone las cosas fáciles y al Celta le toca ser imaginativo y convincente.

Mientras, Iker Losada estaría encantado de regresar a Vigo. Su salida, hace dos veranos, no estuvo exenta de polémica. El Celta todavía no quería darle cabida en el primer equipo y el de Catoira consideraba que su etapa en el filial ya estaba cerrada. De ahí que buscase otro destino y lo encontrase en un Racing de Ferrol que lo echa de menos horrores esta temporada. Fue su primer curso en el fútbol profesional y brilló: jugó en las 42 jornadas, todas como titular salvo la última, y anotó 9 goles y dio 7 asistencias. Llegó al verano como uno de los jugadores de Segunda con más cartel en Primera pero en Vigo no se apostó por su regreso con claridad. El Betis pagó 1,8 millones el Racing de Ferrol y se lo llevó.

Con todo, su experiencia en Primera no está siendo tan idílica. De entrada, el conjunto sevillano lo dejó fuera de la lista de inscritos de la Liga Conferencia pese a haber jugado en la eliminatoria previa, toda una señal. En total, ha participado en 15 partidos (10 de Liga, 3 de Copa y los europeos), sólo 6 de titular (3 en Liga). En total, 611 minutos que sólo le han dado para una asistencia de gol en Copa ante el humilde Gévora.

La adaptación no será precisa

Iker Losada, además de su calidad, tiene una enorme ventaja sobre cualquier otro fichaje: conoce muy bien al técnico celeste, Claudio Giráldez, y su forma de trabajar y tiene amigos en el vestuario. Es decir, que no sería necesario un tiempo de adaptación, toda una virtud siempre y más cuando se trata del mercado de enero.

Losada (Catoira, 2001) empezó a pisar el filial celeste en la campaña 18/19, con Rubén Albés. Al curso siguiente, los hermanos Montes lo subieron ya a la plantilla del segundo equipo. Fue entonces cuando asomó en Primera con minutos en dos partidos: tres ante el Real Madrid en la primera jornada, que le bastaron para marcar un gol, y 10 ante el Getafe en la jornada 10. Él mismo ha reconocido que no supo gestionar bien esa exposición y acabó esa misma campaña sin pena ni gloria.

En las dos siguientes, Onésimo Sánchez no logró sacarle partido, con partidos disputados como lateral. Pero en la 22/23, apareció Giráldez y lo puso a jugar. Disputó 33 encuentros con el B, 30 de titular, y marcó 9 goles.

En todo ese periplo, ha compartido vestuario con Iván Villar, Sergio Carreira, Carlos Domínguez, Alfon González, Hugo Álvarez, Hugo Sotelo, Damián Rodríguez, Pablo Durán y hasta Fer López y Yoel Lago. Por no hablar de Joseph Aidoo, Fran Beltrán o Iago Aspas en aquella incursión en el primer equipo. Como en casa.