El Celta B afronta un curso acelerado en Riazor

Acostumbra a insistir Claudio Giráldez que su principal misión como entrenador del Celta B es preparar a sus pupilos para el fútbol profesional. Después está lo demás -que vaya si está-. El juego, las victorias, las aspiraciones de play-off. Son motivaciones importantes. Sin duda. Pero el técnico porriñés no se cansa de poner el acento en que un filial es una estación de paso y no de destino y que todas las vivencias de los jóvenes a su cargo deben engrosar el libreto de experiencia que acompañe al del talento para ser acreedores de jugar en la élite. Por todo este argumentario, no hay una ocasión mejor para acelerar el aprendizaje que un partido ante el Deportivo en un Riazor lleno como el que los célticos afrontan hoy (19:00, TVG2).

Un escenario con 25.000 personas en contra frente a una plantilla con futbolistas por encima de la categoría es un curso en 90 minutos. Todo el temario en una sola clase. Pero si algo ha demostrado este grupo es que no hay reto que le asuste. Es más, su fútbol brilla más cuanto mayor es el rival. En esa irreverencia rebelde, el grupo de Claudio ha crecido de forma exponencial en los últimos meses con una subida meteórica desde la zona de descenso a la de play-off. Hasta el punto de que, una victoria en A Coruña permitiría al filial adelantar al Deportivo en la clasificación.

En esta posibilidad y en todas las que tienen que ver con lo que sucede dentro del terreno de juego trabaja el entrenador del Celta B. Lo de fuera es artificio. Ya sea el morbo que arrastra un partido así -ya es la sexta vez que se juega en los últimos tres años- o la tensión extradeportiva que se vive en A Coruña, con otro entrenador en entredicho y con su puesto en peligro. Todo eso será humo cuando pite el árbitro y la pelota empiece a rodar. Por supuesto, con Lucas Pérez en el once inicial pese al proceso febril que le impidió entrenar esta semana.

Quien no estará con toda seguridad es Miguel Rodríguez. El redondelano vio la quinta amarilla la semana pasada y tendrá que cumplir sanción en el partido menos deseado para hacerlo. El filial perderá profundidad para atacar los espacios sin él, algo fundamental contra un equipo que domina mucho con balón. Tampoco llega Losada, que no se ha recuperado de su lesión muscular, ni Barcia, operado de la clavícula.

Probablemente por es motivo, Claudio destacó en su rueda de prensa que quiere quitarle la pelota al Deportivo. Es consciente que pasar muchos minutos en Riazor agazapado en un bloque bajo dificulta mucho la posibilidad de rascar algo positivo. Y con la personalidad más que demostrada por el Celta B, la idea será disputar la posesión. Para tal misión, la participación de Hugo Sotelo se antoja capital.

El parón por selecciones permitirá, eso sí, que todos los habituales del primer equipo integren la convocatoria sin mayor problema. Carlos Domínguez, por ejemplo, que será titular. También Medrano. En el ataque, destaca la vuelta de Lauti de León tras su lesión, aunque el de Portonovo no estará al 100%. El chileno Clemente Montes, que debutó al semana pasada, podría tener su oportunidad. Desde luego, tiene experiencia en escenarios de similar entidad.

En cuanto al Deportivo, su única baja es la de Roberto Olabe. Óscar Cano cuenta con el resto de su plantilla para afrontar el choque en medio de un ambiente enrarecido por los tres partidos consecutivos que lleva sin ganar.