Sin balón vas contra natura

La vuelta a Europa ocho años después del Celta no dejó ver el verdadero ADN del fútbol de Claudio Giráldez. Ya fuera porque el técnico porriñés planteó un partido en el que poder dañar al Stuttgart corriendo al espacio con los Jutglà, Durán o El Abdellaoui o porque, simplemente, el cuadro alemán fue muy superior. Sea como sea, la realidad es que el equipo vigués no se vio tan sometido por un rival en lo que va de temporada. Y, muy probablemente, en mucho tiempo.

Es cierto que la posesión tiene su importancia en la utilidad que se le dé. Pero para el modelo de Claudio, tener la pelota es clave. Y ayer, el Celta sufrió lo indecible para, simplemente, encadenar 8 o 10 pases. El choque en el Mercedes Benz Arena es el que menos porcentaje de posesión de la pelota dejó para los celestes con un 40%. No por mucho, porque la escuadra viguesa viene de un 44% en Vallecas. Pero con una sensación mucho peor ya que el Stuttgart maniató por completo a los célticos durante gran parte del encuentro, con los alemanes rozando el 70%. Solo el arreón final, con gol de Borja Iglesias incluido, permitió elevar el porcentaje.

Quitando el último duelo ante el Rayo, el Celta siempre ganó o, al menos, discutió la posesión a los rivales. 70% contra el Getafe, 50% ante el Mallorca, 48% con el Betis, 65% frente al Villarreal, 60% el día del Girona y el mentado 44% de Vallecas.

Lógicamente, estos números también se notaron en los pases. La presión asfixiante del Stuttgart desactivó la construcción celeste. Y eso se notó en el discreto 83% de acierto en forma de 351 envíos acertados. Solo contra el Rayo, otro equipo muy presionante, empeoró estos números el equipo vigués con 295 pases buenos y un 80% de acierto. El resto de los días superó el 85% de corrección en las entregas y siempre por encima de las 400 salvo en Mallorca (372).