Y Balaídos fue vulnerable
Fútbol | Primera Federación
El Celta Fortuna perdió su primer partido sobre el Lagares ante el Pontevedra en una segunda parte deficitaria del filial, que se adelantó pero no encontró soluciones tras el descanso
Dicen que segundas partes nunca fueron buenas. Es evidente que las verdades absolutas no existen y, como en botica, hay de todo. Pero lo cierto es que ayer, el paso por el vestuario transformó por completo a un Celta Fortuna que coprotagonizó junto al Pontevedra una fantástica primera mitad, con un magnífico nivel del fútbol de ambos equipos, resuelta con empate tras los goles de Marcos y Ribeiro. El filial celeste se cayó tras el descanso. Por méritos de los granates y por deméritos propios. Así acabó perdiendo con un gol de penalti de Abelenda y sin encontrar soluciones al entramado del equipo capitalino, que se convirtió en el primer foráneo que gana este curso en Balaídos, hasta ayer un fortín inexpugnable.
El caso es que, durante la primera mitad, el nivel no defraudó. Los 22 futbolistas que iniciaron el partido recordaron lo entretenido que puede resultar este deporte cuando ambos equipos quieren atacar y ser protagonistas con la pelota. En ese afán de los dos, fueron los visitantes los que empezaron mejor ante una presión algo desajustada de los pupilos de Fredi. Dos excélticos, Yelko Pino y Tiago, dominaron el centro del campo y echaron para atrás a un bloque que se muestra incómodo cuando está bajo. Resuelto el asunto del juego, faltaba el de las áreas. Y a los de granate les faltó mordiente. Una fabulosa falta directa de Yelko murió en el palo y Vidorreta, con la portería vacía, malogró la ocasión de resucitarla al chutar alto.
Este énfasis duró 10 minutos. Fue el tiempo que tardó el filial celeste en acomodarse sobre el verde y encontrar a Burcio y a Capdevila en el medio. De su manejo nació el vuelo de Gavián y Oliveras desde los costados y la amenaza continua de Óscar Marcos y Hugo González. Una transición que inició Álvaro Marín llegó al zurdo catalán con escala en el mediapunta de Vilaxoán. Un centro tenso y perfecto encontró un remate blanco y erróneo del atacante valenciano, que se topó con el tudense Edu Sousa.
Un aviso de lo que podía suceder si el Pontevedra alargaba su escaso espacio entre líneas. El paso de los minutos y la pérdida de control visitante así lo propició. Y en ese escenario, muy pocos son mejores que Marcos en esta categoría. Su entendimiento de las mejores zonas para recibir la pelota es superlativo. Así, detectó el hueco, recibió en él, se aproximó y acarició la pelota con el interior de la bota derecha para depositarla sutilmente en el fondo de la portería. Un delicioso pase a la red.
Tuvo un par de situaciones para matar el Fortuna, pero no las aprovechó. Y el cuadro capitalino, que estaba sufriendo, pasó a hacer sufrir. Un error de Coke casi lo penaliza Tiago llegando desde atrás y driblando a Meixús para luego rematar alto. No falló Alain Ribeiro a la salida de un córner al filo del descanso. Un balón que Yelko puso con música aterrizó en el segundo palo para la cabeza del vizcaíno se convirtiese en martillo. De nuevo, el gran lunar del filial aparecía en un balón parado revisado sin consecuencias por el VAR barato de Primera Federación. Un empate que, probablemente, respondía con justicia a lo sucedido en los primeros 45 minutos.
Tras semejante primer tiempo, solo cabía esperar otros tantos más de gran fútbol. Sin embargo, todo cambió al regresar de la caseta. Fredi metió a Arcos y a Joel, que volvía de lesión. Dos movimientos más que apetecibles, que no funcionaron. No por los nombres, sino por una modificación táctica que mató al Fortuna. El técnico moañés cambió a defensa de cuatro y, no solo no sorprendió al Pontevedra, sino que le permitió ajustar su presión mucho mejor. Los visitantes no dejaban salir con balón controlado a un filial desbordado y sin soluciones más allá de algunas conducciones estériles al estar tan lejos de la portería.
Así las cosas, el conjunto de la capital pasó a controlar el encuentro sin balón. Curioso, con jugadores tan finos. Pero lo cierto es que cortocircuitó por completo la dinámica ofensiva del Fortuna, incapaz de encontrar soluciones. Y aunque en ataque no tuvo la continuidad del primer tiempo, el colectivo granate supo atacar los espacios. Sobre todo, a partir de la entrada de Brais Abelenda. Fue el atacante de Val do Dubra el que desequilibró el choque. Lo hizo desde los once metros poco después de que Álex González le ganase la partida a Gavián en un duelo que acabó con mano del defensor local.
Los minutos finales fueron un quiero y no puedo del Fortuna. Hugo González se encontró con Edu Sousa en una internada por la derecha y en una falta directa ya sobre el final. Y poco más. El Pontevedra no dejó jugar y de esta manera volvió vulnerable a Balaídos por primera vez en esta temporada.
Celta Fortuna 1-2 Pontevedra
Celta Fortuna: Coke Carrillo, Pablo Gavián (Cristian Carro, min.78), Pablo Meixús, Jaime Vázquez (Ángel Arcos, min.46), Anxo Rodríguez, Jan Oliveras (Yoel, min.46), Adriá Capdevila (Antañón, min.63), Hugo Burcio, Hugo González, Álvaro Marín (Somuah, min.63), Óscar Marcos.
Pontevedra: Edu Sousa, Vidorreta, Miki Bosch, Alain Ribeiro (Oute, min.87), Miguel Cuesta, Montoro, Yelko Pino, Tiago Rodríguez, Luisao (Resende, min.61), Álex González (Eimil, min.75), y Álex Comparada (Brais Abelenda, min.61).
Goles: 1-0, min. 26: Óscar Marcos; 1-1, min. 43: Alain Ribeiro; 1-2, min. 67: Brais Abelenda, de penalti.
Árbitro: Romero Freixas. Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Anxo y Meixús y a los visitantes Álex González, Tiago, Yelko, Eimil, Vidorreta y Montoro.
Fredi: "El Pontevedra jugó un derbi y el Fortuna, un partido"
El técnico del Celta Fortuna estaba molesto tras el encuentro. Por la derrota y por manera de producirse. “Nos ha faltado fútbol y yo soy el máximo responsable. Pero en intensidad, el Pontevedra estuvo muy por encima”, reconoció el técnico moañés, que insistió en que “no fue un problema de actitud, pero sí de intensidad”. Por eso, dejó una frase que ejemplifica a la perfección lo que quería explicar: “El Pontevedra jugó un derbi y el Fortuna, un partido. Es la diferencia”.
“Su estado emocional después del segundo gol les hizo dar más. Sabemos que la cabeza llega donde no llegan las piernas”, explicó el morracense, que afirmó no sentirse sorprendido por la defensa de 5 que propuso el equipo granate. “Ya lo hicieron en Salamanca y no nos sorprendió para nada”, apostilló.
Por lo demás, aludió al tramo tras el gol de Óscar Marcos, en el que el filial tuvo opciones claras para doblar la ventaja y no las materializó. “Después del 1-0 era el momento ideal para ir a por el segundo. No lo hicimos. El ritmo de juego no fue muy alto por nuestra parte y eso que era nuestra idea porque ellos venían de jugar un partido duro en Copa”, subrayó Fredi tras encajar la primera derrota del curso en Balaídos y la segunda como local tras la sufrida en Barreiro ante el Guadalajara.
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